Entre fin de septiembre e inicio de octubre dos celebraciones pasaron modestamente en los calendarios mexicanos, los días del maíz y del café.

La celebración del café parte de una decisión comercial en 2015 para promoverlo como bebida y estilo de vida. En el mundo se festeja en dos fechas, 29 de septiembre o 1 de octubre, México optó por la segunda, compartiendo el día con Alemania, Japón y Honduras.

Para quien conozca el calendario litúrgico o viva cerca de un centro de culto católico entenderá rápidamente, el 29 de septiembre es el día de San Miguel Arcángel.

Ofrendas de yauhtli para Tláloc por lluvias y cosechas pasaron a ser cruces de pericón, nombre español para la misma flor amarilla, que anunciaban protección en el día libre de San Miguel Arcángel por su festejo. Centurias de sincretismo y décadas de secularización han alejado los significados originales. Hoy en día sobrevive fuerte el culto al arcángel protector de las acechanzas del maligno, mientras que el significado agrícola se diluye poco a poco.

La celebración llegó en forma de iniciativa al Senado en el 2019 para quedar instituido los 29 de septiembre el Día Nacional del Maíz, figura legal que genera prerrogativas a favor de lo conmemorado más allá de los lindos membretes. Tristemente la realidad es el peor aguafiestas.

El maíz blanco ha tenido un leve repunte en esta administración, pero la crisis energética alrededor de la industria tortillera y la escalada de precios en el alimento básico nacional (del que aún no hemos visto nada) nos recuerda que una celebración con la panza vacía no se disfruta.

La protección del maíz y su innegable rescate cultural, a lo 4T, es un logro matizable pues ha colocado pesados grilletes legales y perniciosos prejuicios culturales alrededor de la biotecnología y la ingeniería genética; motores principales de cercanas revoluciones en consumo, salud y demás áreas de la vida cotidiana.

Eso sí, sirvió para que la vecina gobernadora Lorena Cuéllar se luciera en Los Pinos junto a la secretaria de cultura federal y distinguidos invitados. Entre ambas dieron por abierto el Cencalli, La Casa de la Cultura Alimentaria, que tendrá a Tlaxcala como el estado inaugurador siendo el que tiene mayor variedad de maíz nacional, dejando al gobierno de Puebla mudo al respecto.

El café vive mejores momentos, al menos para México y por ahora. Una helada atípica en Brasil entre julio y agosto afectó al mayor productor de café del mundo.

Las estimaciones en las magnitudes de daños a quien produce 40% del café global subieron los precios en bolsa.

Incrementos a casi dos dólares la libra se ha traducido en pagos de casi $4,000 el quintal, medida de 46 kilogramos que rige la industria cafetalera. Coyotes depredando a pequeños productores y varios años con precios deprimidos a $2,000 amargan un poco la celebración. Si el precio permanece hasta marzo la derrama sería fantástica para Puebla y unas 45 mil familias.

Los mejores restaurantes del mundo

En la alta gastronomía el reconocimiento viene en reseñas y premios. En el selecto top, junto a las francesas La Liste y Guía Michelin o la ibérica Guía Repsol, se encuentra The World's 50 Best Restaurants (Los cincuenta mejores restaurantes del mundo) auspiciada en esta edición por San Pellegrino.

Pujol y Quintonil, ambos en Polanco, quedaron en noveno y vigésimo segundo lugar respectivamente, siendo Pujol el mejor restaurante de Norteamérica, y ambos colocando a México en alto en los premios entregados la semana pasada en Amberes, Bélgica.

Si bien la gloria va para los chefs Vallejo y Olvera, y la facturación mensual de $70 millones por restaurante, premios así han forjado regiones del mundo como ofertas turísticas y gastronómicas como el festival Mistura de Lima, Perú, o los templos vascos a la comida en la costa de Euskadi. La meta gubernamental de provocar un restaurante poblano con una estrella Michelin está lejos de ser un ideal burgués y más cerca del desarrollo económico de estos tiempos.