Desde que fue modificado el calendario de las fechas cívicas de este país, pareciera en muchos momentos que se volvieron inexistentes.
Tal vez sea ello una de las causas de pérdida del conocimiento de lo que tuvieron que vivir los mexicanos y mexicanas en diferentes etapas de nuestra historia para la construcción de México.
Una de esas fechas es justamente el 5 de febrero cuando se concreta con su promulgación, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Un año antes, el 1 de diciembre de 1916 resultado de la convocatoria del general Venustiano Carranza, fue instalado el Cuarto Congreso Constituyente de la República Mexicana, iniciando los trabajos que tuvieron como base su proyecto de reformas.
De ahí la importancia del acontecimiento que determinó y encausó el destino de nuestro país con la promulgación de una ley fundamental, norma de normas, que todos los países poseen en sentido material, y únicamente aquellos con Constituciones escritas -como la nuestra- la poseen también desde el punto de vista formal.
La Constitución es la ley suprema de un Estado, es aquella que establece, que organiza y faculta la actuación de los poderes públicos, es también aquella que limita el poder político y garantiza derechos y libertades para las personas.
“La Constitución formal implica que las normas que se encuentran en el documento llamado constitución, sólo se modifican o se crean a través de un procedimiento y un órgano especiales. Este procedimiento generalmente es más complicado que el que se sigue para reformar la legislación ordinaria.” (Carpizo, Jorge, Estudios constitucionales, UNAM, México, 1980, p. 290.)
Nuestra Constitución fue la primera en el mundo en establecer derechos sociales. Entonces México tenía una población de 17 millones de mexicanos y mexicanas, el 80% vivía en zonas rurales y mayoritariamente era una población analfabeta. Actualmente somos más de 126 millones de personas y ocupamos el lugar 11 dentro de las naciones más pobladas del mundo (Censo de Población y Vivienda en México, INEGI, 2020).
Los expertos han señalado que un texto constitucional tiene relevancia jurídica, política, histórica y social. Uno de los dilemas más clásicos del constitucionalismo es justo la gran polémica sobre ¿en qué casos y bajo qué circunstancias se justifica que un texto constitucional sea reformado? Independientemente del punto de vista que adoptemos dice Hans-Peter Schneider “La constitución posee, más bien el carácter de un amplio modelo de vida para la comunidad política orientado hacia el futuro…y, por ello, siempre tiene algo de “utopía concreta”.
Nuestra Constitución es sin duda una constitución social, de derechos humanos, democracia electoral y justicia constitucional, así como originalmente introdujo el derecho a la educación laica y gratuita, derechos de propiedad de la tierra, derechos laborales; pudo resarcirse la evidente exclusión de las mujeres observada en la de 1917, otorgando décadas después igualdad política y jurídica a las mujeres.
De manera que la Constitución ha podido en 105 años, ir adaptándose a la evolución misma del país, a sus nuevas realidades políticas y sociales y a sus nuevas demandas.
Hoy México vive situaciones graves de violencia e inseguridad y de crisis de todo tipo. En el marco de la ceremonia conmemorativa que cada año se realiza en Querétaro, se esperaba un mensaje de aliento, de confianza y de reconciliación justo por la relevancia jurídica, política, histórica y social de la fecha en ruta a continuar avanzando en la construcción de México.
Hubo una voz que convocó a la reconciliación de México. Esa voz no fue la del presidente Andrés Manuel López Obrador, lamentablemente.