Inmersos en una avalancha de frentes abiertos a nivel nacional que me parece dañan al país; en el Congreso del estado de Puebla las diputadas y diputados han apostado por iniciar los trabajos encaminados a favorecer la igualdad y la no discriminación entre trabajadoras y trabajadores que se desempeñan en la estructura orgánica de esta institución.

La semana anterior, fue aprobado de manera unánime por legisladores y legisladoras que integran la Comisión de Igualdad de Género y la Junta de Gobierno y Coordinación Política la instalación de la Unidad para la Igualdad de Género del Congreso del Estado.

Órgano técnico de nueva creación aprobado mediante Iniciativa presentada en abril del 2021 publicada en el Periódico Oficial del estado de Puebla el 2 de julio del año 2021 que adicionó el artículo 216 Quáter a la Ley Orgánica del Poder Legislativo estatal, estableciéndole trece funciones.

Importante mencionar que sin duda existe una conexión entre la estructura orgánica-administrativa y la estructura político-legislativa del Congreso, ahí justamente radica su importancia ya que es en esta última instancia, donde se toman las decisiones que inciden en la estructura orgánica. Se trata por ello de asegurar la institucionalización de la perspectiva de género en la cultura organizacional.

Muchos/as se preguntarán ¿Cuál es la estructura orgánica en el Congreso poblano? La estructura orgánica se integra en cinco Unidades generales adscritas directamente a la Junta de Gobierno y Coordinación Política, cinco direcciones generales, siete Coordinaciones Generales y doce jefaturas de departamento adscritas a la Secretaria General.

¿Qué es eso de institucionalizar la perspectiva de género (PEG) en la cultura organizacional? Es un proceso político-institucional mediante el cual se legitima políticamente la necesidad de establecer acciones dirigidas a superar desigualdades entre los sexos. (Cerva, 2006:55).

Mediante políticas públicas se busca integrar la equidad de género en la cadena de trabajo y producción de la Institución, involucrando a todos los actores, con prácticas continuas y repetidas que permitan nuevas rutinas, para corregir desequilibrios que impacten en beneficio de trabajadoras y trabajadores; y hacerlo, desde la cultura organizacional ya establecida para revisar desde los manuales, reglas y normas internas, las relaciones de género existentes, las formas de trabajo, los mecanismos para la toma de decisiones, las diferencias en las rutinas laborales y detectar las que producen segregación, rasgos sexistas, discriminaciones, comportamientos que muchas veces parecieran “naturales” pero que son formas de violencia generadas por la subordinación laboral.

Se refiere así, a la estabilidad de las acciones, a rutinizar formas para resolver problemas públicos de género considerando tres enfoques como mecanismos para la incorporación de la PEG: Igualdad de trato, Igualdad de Oportunidades y Transversalidad de Género (Zaremberg y Subiñas, 2012, 2013) 

Por ello en medio de tantos ataques, historias de violencia, conflictos de interés;  el Congreso del estado de Puebla, ha decidido iniciar los trabajos al interior de su estructura orgánica encaminados a favorecer la igualdad y la no discriminación entre sus trabajadoras y trabajadores.