El Día Internacional de la Mujer en México, se celebra este año 2022 con la cancelación del programa “Escuelas de tiempo completo” en perjuicio de 3.6 millones de niños, en más de 27 mil centros educativos en los que, el 65 por ciento de los estudiantes accedían a su primer alimento diario, según información de diversas fuentes.
Entre los argumentos que se conocen de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para cancelar el programa, está la necesidad de destinar los recursos para infraestructura educativa en escuelas que carecen de servicios básicos, a través del programa “La escuela es nuestra”.
Según Nayeli Roldán, en Animal Político 2021, con datos del Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE), 48 mil 667 escuelas requieren reparaciones de infraestructura, más de 31 mil planteles no tienen agua potable y de éstas, 24 mil 588 requieren rehabilitación de su sistema hidráulico, principalmente en los estados de Guanajuato, Puebla, Tamaulipas y Guerrero.
Es cierto que hay muchas necesidades, pero también es cierto que la educación de nuestros niños y jóvenes es una de las mayores prioridades para formar a los ciudadanos de mañana.
Una necesidad no puede desatenderse quitando los recursos de otra.
Los impactos de la cancelación del programa “Escuelas de tiempo completo" se traducen en la pérdida de hasta 3.5 horas adicionales de aprendizaje y acceso a alimentos indispensables para los niños, los padres dejarán de trabajar, reducirán su jornada laboral o buscarán cuidados no capacitados para sus hijos.
Debido a que también se cancelaron las Estancias Infantiles con el simplista argumento de la corrupción, aún no comprobada, la afectación a las mujeres, madres trabajadoras que son jefas de familia, es de un gran impacto a la economía de los hogares y peor aún, la amenaza del abandono de los niños o su encierro, quedando en el primer caso expuestos ante la delincuencia.
Conozco lo que es compartir un salón para dos grados escolares al mismo tiempo, cada grado sentado hacia un lado sin ni siquiera una manta divisoria. Muchos tuvimos que salir de nuestros pueblos porque no había los niveles escolares que ya requeríamos cursar, o no teníamos los recursos económicos necesarios que sí había en otras partes.
Así fue como salí de Tecomatlán, Puebla, a terminar la primaria en el Centro Regional de Educación Fundamental “José Amarillas”, en Tlaxcala.
El internado, una Escuela de Tiempo Absoluto, era para gente muy humilde; pedían constancia de pobreza la cual extendía la autoridad municipal. Tenía todos los servicios básicos, lo cual nos permitió a muchos terminar la escuela primaria. Luego, el sistema de becas de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) nos brindó a miles de jóvenes terminar una carrera y tener una mejor expectativa de vida.
La escuela es el espejo de la sociedad, es el espejo de las comunidades, lo que pasa o se aprende en la escuela inmediatamente se refleja en el actuar diario. También las omisiones se reflejan de inmediato. La escuela es fundamental para formar a los ciudadanos del futuro, para educar a los niños hoy y no castigar a los adultos mañana.
La mujer es un pilar fundamental de la sociedad, es la madre de la otra mitad de México. En la familia se encarga del cuidado de los hijos, de la alimentación y de su salud. Es la primera orientadora del desarrollo de cada uno de sus descendientes.
En el medio rural las mujeres, con los niños, además se encargan de buscar el agua y la leña que se requiere para las necesidades familiares. Ayudan en las tareas agropecuarias y casi el 25 por ciento son ya titulares de parcelas ejidales; más de 800 mil de los cerca de 3 millones de sujetos agrarios de los 31 mil 500 núcleos ejidales y comunales de México.
La batalla por la igualdad de derechos y mejores oportunidades les es aún desfavorable a pesar de los grandes avances realizados.
En los últimos años, la violencia y la delincuencia han afectado de manera creciente a este gran sector de la sociedad que aún lucha por ser escuchado y atendido desde las políticas públicas.
Por eso, no se entiende la lógica del Gobierno de México, de cancelar programas como Estancias Infantiles o Escuelas de Tiempo Completo con el argumento simplista de la corrupción o el cambio de destino de los recursos públicos.
Ojalá se rectifique como lo han anunciado los gobiernos de Puebla y la Ciudad de México y no solo se restablezca, sino que se evalúe la posibilidad de llegar al menos a 100 mil escuelas de tiempo completo de las 240 mil existentes para ayudar a formar mejores mexicanos, así como apoyar el desarrollo laboral y profesional de las madres.