Altares de muertos en septiembre, árboles de navidad desde octubre, y el arranque de la temporada de chiles en nogada a inicios de julio; cada año se adelanta todo más y más. Aunque es cierto que la primera cosecha ya se tiene lista, con la nuez de Castilla terminando de cuajar, Puebla como entidad está obligada a alargar lo más posible la temporada gastronómica de su plato estrella.

La pandemia fue brutal para el platillo más arrogante de la comida criolla –descripción dada por el propio gobernador Barbosa– desplomando su consumo a arribita del millón de platos en 2020, subiendo a 2.8 millones al siguiente. Para este año los mesurados pronósticos del presidente del organismo, Carlos Azomoza, se quedaron en 3 millones cerrados, cien mil piezas menos que en el 2019 prepandemia.

Al año pasado, que se celebraron los 200 años de la consumación de la Independencia, fecha que se liga entre historia y mito con la invención de los chiles para Iturbide, Puebla seguía indefenso ante barbaridades culinarias. Entre pecados veniales y capitales vemos chiles sin capear, el uso de duraznos en almíbar en vez del criollo y nogadas que parecen atoles de granillo. Obtener una denominación de origen es imposible ante la variedad de recetas originales, pero la certificación de marca colectiva –que indicaría ingredientes mínimos e indispensables, protegiendo a los productores– sigue siendo una tarea pendiente de iniciativas públicas y privadas.

Este año espere ver cuentas ligeramente más abultadas. La culpa está repartida entre los siniestros climatológicos, como las granizadas hace un mes en la falda de los Volcanes, incrementos en los insumos agropecuarios y la inflación generalizada. Tan solo del chile miahuateco anticipe entre treinta y cincuenta pesos más por kilogramo, ya ni le digo cómo han escalado los bolillos para acompañar.

Independientemente de esto, si tiene la oportunidad, dese una vuelta por los varios municipios que estarán vendiendo chiles en nogada en las muchas verbenas populares. Como la de Calpan, que además de buscar vender 150 mil chiles durante los cuatro fines de semana de agosto, tiene el honroso reconocimiento de ser cuna de la nuez, ya que en el patio de su exconvento franciscano del siglo XVI fue cultivado el primer nogal en el continente.

Escaleras para Topolobampo

El proyecto más importante para el campo mexicano en un lustro, la planta productora de fertilizante amoniacal en Topolobampo, Sinaloa, avanza aprobada por AMLO y la aceitada operación de su secretario de gobernación, Adán Augusto. La inversión privada México-alemana de 5.5 mil millones de dólares contó con el visto bueno de 12 de las 13 asambleas indígenas realizadas, como indica la ley, en un radio de 45 kilómetros del proyecto. Ante las acusaciones al gobierno estatal morenista de Rubén Rocha y SEGOB federal de presionar y sobornar a los líderes yoreme-mayo todo mundo se lavó las manos. Este proyecto permitirá sacar a México de la nula producción de amoniaco, principal componente del fertilizante más utilizado en el país urea– y reducir nuestra dependencia de importarlo de países como… Trinidad y Tobago.

Semana de SEMARNAT en Puebla

Si el mes pasado la federal Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales destacó por sus determinaciones en los rellenos sanitarios de Tehuacán y Cuetzalan, esta semana se llevó los reflectores. Negó a CFE la posibilidad de explotar energía geotérmica en Chignahuapan. Canceló la autorización al proyecto inmobiliario City Lomas Ocoyucan, que ampliaba la zona de Lomas de Angelópolis. Y empantanó el proyecto de AUDI para construir un parque solar, en San José Chiapa, para hacer funcionar su fábrica enteramente con energía renovable. Eso sí, el proyecto del parque lineal de Tehuacán por 300 millones sobre el dren de Valsequillo pasó. La gaceta ecológica de la secretaria Ma. Luisa Albores se puso ruda, aunque sin querer importunar los proyectos del mandamás estatal en su terruño.