El próximo domingo los ciudadanos estarán inmersos en dos opciones y sin quererlo deberán formar parte de uno de los bandos, al más puro estilo de estás conmigo o en mi contra.  

Al llamado para “salvar al INE” difícilmente se podrá llegar con posiciones mesuradas.  

Habrá en redes y en las calles, un gran número de fanáticos de López Obrador que se apuesten para criticar a quienes están en contra de la Reforma Electoral.  

A las acostumbradas descalificaciones, se les sumarán las ofensas y las verdades a medias sobre “la importancia de reformar al INE”. Sus “argumentos” ya se sabe, serán ideas descontextualizadas que tratarán de generar una falsa idea de que quienes apoyen la marcha para defender la democracia de nuestro país, son “racistas, clasistas, neoliberales y hasta corruptos”.  

Omitiendo que la propuesta del presidente es regresar más de 40 años de vida democrática para volver a operar las elecciones desde el gobierno federal, tal y como sucedía en los años en los que a Manuel Bartlett se le cayó el sistema y con ello se convalidó el fraude electoral de 1988.  

Pero el mundo de los lopezobradoristas no es muy distinto al que su jefe político ha creado del otro lado.  

Los ciudadanos que convencidos de la importancia de reivindicar el derecho legítimo a la protesta y la urgencia de salvaguardar a las instituciones que mantienen a este país en pie, salgan a las calles el próximo domingo, seguramente serán opacados por el grueso de los políticos y partidos que buscan sacar raja de este tema.  

No podemos negarlo, la oposición no ha podido ser ese bloque de contención que tanto nos prometieron que serían en las cámaras y de ahí que busquen ganar en las calles lo que no defienden en sus curules.  

Por eso le reitero que la semilla que sembró Andrés Manuel para dividir en dos al país al estilo de estás conmigo o en mi contra tendrá una de sus batallas este fin de semana en casi todas las ciudades del país.  

No hay que ser eruditos en derecho electoral para darse cuenta que el daño a la democracia sería irreversible si se aprobara la Reforma Electoral que propone el inquilino de Palacio Nacional, pero esto pareciera pasar a segundo grado, cuando la lucha se centra entre los dos polos generados por el propio López Obrador

Aún así la recomendación es que si en sus manos está salir a marchar el próximo domingo lo haga sin caer en la provocación de ninguno de los dos bandos.  

Tanto a las huestes de AMLO como a los partidos políticos se les olvida que los ciudadanos informados somos más.