En qué pinche problemón se terminó metiendo el presi municipal de Teziutlán, Carlos Peredo Grau, luego que le entrara un arranque de sentirse muy salsa, por el clima de inseguridad que reina allá por sus terruños.
Y es que al Carlitos tal parece que ahora sí le agarró la tembladera de piernas, al no poder controlar la ola de crímenes que azota Teziutlán, sin que haga valer todo el peso del gobierno que tanto presume.
Así como lo leen, mis valedores, pos mi chismoso teziuteco ya rajó canela que al Charlie se lo anda llevando Pifas, tras darse color que su mentada estrategia de seguridad no jaló ni pal’ arranque.
Es más, tanta es la desesperación de los chambeadores del municipio, que cada vez más andan con el ojo pelón, desconfiando que les toque ser víctimas de cuanto malandro anda suelto. No es pa’ menos, si a diario se van topando con la cruel realidad que los asaltos, robos a chantes y a cuanto samaritano distraído, van en aumento, sin que los frenen de un trancazo.
Sin olvidar los homicidios, hasta denuncias por distribución de cuanta porquería se mueve en las calles. Y es que los que terminan “pagando el pato” son los carnales de a pie, que nomás no dejan de ponerse al tiro por las mentadas dudas que se los quiera cargar la voladora, sin decir “agua va”.
La Netflix, por eso mismo terminó por agitar las aguas que Carlitos, en lugar de mover sus piezas a lo machín, acabara “regando el tepache” al cuestionar la presencia de la Guardia Nacional y de la mismísima Policía Estatal en el rumbo.
¡Voy, que me ando peinando!, si lo que debiera hacer no es confrontarse, mucho menos con el estado, sino “tejer fino”, como dicen los que le saben a la polaca.
Y menos hacerse el desentendido, pos ya lo dijo bien clarito el góber Sergio Salomón, la seguridad en los municipios es chamba de los alcaldes.
Pos así de botepronto, los reclamos de Peredo pa’ saber cuándo operan los estatales y la Guardia Nacional, pintan a todas luces como una lavadera de manos y no por el cuidado de los carnales teziutecos.
Es más, hasta se cuenta que sus berrinches tendrían verdaderos trasfondos polacos, pos la desconfianza ciudadana no abona pa’ sus intereses en el 2024.
Y es que Peredo ya andaría más preocupado en ir perfilando a sus huestes pa’ sucederlo en el ayuntamiento, y asegurar lo que llama su “legado”.
No vaya a ser que se le reviente la cuerda por el lado más flaco.
Ahí se las dejo al costo.