Mientras el mundo apuesta por combustibles más amigables con el medio ambiente, al grado que la inversión de Tesla en México se puede considerar como una de las más grandes del sexenio, nuestro presidente tiene otros datos.
Tan al revés está su mundo, que él apuesta por hacer la mayor inversión del dinero público justamente para apuntalar una refinería que se inunda, carece de proyecto de viabilidad, contamina como chimenea y aunque ya fue inaugurada su primera etapa desde hace meses, no ha podido refinar ni medio litro de gasolina.
Las contradicciones en Andrés Manuel no son novedad, más bien son la constante.
Apenas ayer López Obrador reveló que la empresa del sudafricano Elon Musk tendrá que fabricar las baterías de sus autos -de litio- fuera de nuestras fronteras porque en México no se le dieron los incentivos para hacerlo acá.
Y eso que recientemente AMLO nacionalizó el Litio y prometió que esta acción sería similar a lo que en su momento fue la nacionalización del petróleo con el general Lázaro Cárdenas. Ya ni hablar de que, según el inquilino de Palacio Nacional, este metal alcalino apuntalaría la economía del país.
En ese mundito, la miope visión de López Obrador se impuso. En las últimas semanas salieron todos los estados a pelearse cual caníbales, pese a que este tipo de empresas designan meses enteros en estudiar el lugar idóneo para instalar una planta.
Soltaron los rumores y los gobiernos, incluido el de Puebla, cayeron en el juego de AMLO que generó una guerra para disputarse una sede, que estaba claramente definida desde meses atrás.
Pero como en este país, la 4T debe seguirle la corriente al inquilino del Palacio Nacional, por más absurdas que sean sus posturas mañaneras, todos terminaron exhibidos por su sensei.
En Puebla sabemos, por la experiencia de AUDI y Volkswagen, que la determinación de una sede, con esas cantidades de inversión, es un proceso que no se determina en una mañanera ni levantando la mano como si de una subasta se tratara.
Así pues, la instalación de Tesla en Nuevo León es una buena noticia para el país, que nos demuestra las incongruencias de Andrés Manuel, y que, a estados como Aguascalientes, Guanajuato, Tlaxcala y Puebla, nos dará la opción de reforzar el clúster automotriz al ser proveedores y expulsores de mano de obra calificada.