Verdadero terror fue el que vivieron en carne propia los chambeadores de Izúcar de Matamoros, luego que durante la noche del martes fueran ejecutados a plomazos tres hombres, en la zona de San Pedro Calantla.

Resulta que las víctimas eran perseguidas por un grupo de malandros, mientras circulaban en una troca roja, ahí por la zona de la carretera Las Bocas-Calantla. Y es que la mera balacera terminó por encender las alarmas entre la banda de a pie, que no supo ni cómo guardarse en sus chantes, por temor a un plomo perdido.

De este tamaño la cloaca de inseguridad que se vive en Izúcar, sin que la dizque presi municipal, Irene Olea, se ponga al tiro pa’ darle tranquilidad a toda la banda.

Es más, mis culebras, mi chismoso izucarense ya rajó canela que lo que menos interesa a la Irenita es la seguridad del municipio. Si a la primera de cambio prefiere tirar rostro y salir peinada pa’trás en las fotos pal’ Tuister.

Cómo no, si en una de esas la emergencia en Izúcar la agarró “papando moscas” y turisteando, ni más ni menos, que en la presentación de la Feria de Puebla.

¡No que no tronabas, pistolita!, como quien dice, le andaba jugando a la pasarela polaca y soñando con la reelección mientras su municipio estaba en llamas y los valedores norteados por el miedo.

Y es que cuentan quienes la toparon, que la Irenita no paraba de echar carcajadas al aire, saludar a mano alzada, pa’ darse a notar y, de pasada, despreciar las fotitos pal’ recuerdo.

¿No era mejor que la Irenita estuviera en el municipio, poniéndose al sobres por la seguridad?, o de plano, ¿salir en friega cuando se enteró de la multiejecución en San Pedro Calantla?

Si ya todos se dieron color, que con la Irenita donde manda el ego sí que gobierna el cochino interés polaco.

Así merito, mis valedores, pos si no, cómo explicar que sobre la alcaldesa morenista también pesen escándalos, por minimizar denuncias de abuso sexual contra sus propios policletos locales.

De ese tamaño el cochinero que está dejando la Irenita en las entrañas del ayuntamiento.

Pos resulta que dos periodistas de la zona y una activista del grupo Marea Púrpura, denunciaron que los orates municipales de Irene, las aseguraron, retuvieron y agredieron sexualmente el 10 de marzo.

Y mientras el escándalo ya es tema nacional y se le terminó de salir de las manos a la Irenita, ya aplicó la de “curarse en salud” pa’ verse dizque muy transparente, nomás que condicionó que actuará hasta que Doña Justicia se lo ordene.

No cabe duda, mis culebras, la bomba en Izúcar no tarda en explotar y la Irenita lleva todas las de perder.

A ver si su barrio la respalda, como tanto presume.

Ahí se las dejo al costo.