Por el momento, los aspirantes a candidaturas locales que andan pintando bardas ya se salvaron de una sanción del Tribunal Electoral.

Esto debido a que el Código Electoral no contempla que se les sancione por pintarlas si el proceso electoral no ha arrancado.

Ahora con este anuncio luce inminente el aumento de bardas pintadas, aunque dicen los que saben que con bardas no se gana una elección. (FSN)

Morena y el golpe de pecho

¿Qué pensarán los morenistas “duros”, de “bayoneta calada”, de las declaraciones de su dirigente estatal, Olga Romero Garci Crespo, quien afirmó que el partido está cerrado para exmorenovallistas?

Más aún, ¿cómo les calará que Morena está repleto de “arrepentidos”, interesados, convertidos y otrora derechistas?

Lo menos debería ser rabia, pues han sido revelados sin piedad y bajo el criterio del oportunismo, como sello de la casa. ¿Y si en lugar de ponerse el pie, la dirigencia estatal rasura toda la mala hierba interna?

¡Ahí la cosa cambia! (CPG)

Dispendio de recursos en elecciones SNTE

La elección de los dirigentes sindicales de las secciones 23 y 51 del SNTE se ha convertido en el preámbulo de los comicios federales del 2024.

La diferencia entre ellas es que las segundas son constitucionales y las del magisterio sólo son internas.

Con todo eso, los candidatos han usado la descalificación mediática mientras dilapidan recursos de dudosa procedencia ya que, algunos acusan, provienen de las arcas sindicales, es decir, de las aportaciones de los trabajadores.

Vaya magisterio. (SVC)

Feria de Puebla: ¿precio popular?

Los boletos para acceder a la Feria de Puebla 2023 ya tienen precio. Cada uno costará 70 pesos, lo que significa que una familia de cuatro integrantes deberá pagar 280 pesos para entrar.

Claro que hay un atractivo especial este año puesto que la gente podrá disfrutar de los conciertos de Ricky Martin y Alejandro Fernández, entre otros, con su pase a la feria.

Sin embargo, hay que decirlo, muchas personas no podrán cubrir el costo porque antes hay otras prioridades en casa.

Y eso lo saben muy bien las clases populares que, supuestamente, deberían disfrutar de este evento. (GGJ)