Desde niños se nos inculca, casi hasta el hartazgo, que nos aprendamos la frase más célebre que, nos dicen, expresó un notable mexicano del siglo XIX, el Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez.

El apotegma, es decir, esa frase breve que manifiesta un pensamiento, en su momento fue conocida así: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Esa frase del presidente de los Estados Unidos Mexicanos fue enunciada en un manifiesto que se expidió en el año de 1867, cuando en México se restauró la República después del fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo y la caída del segundo imperio.

Es tan famosa y reconocida la frase, que el 21 de marzo de 1969 en sesión solemne de la cámara de diputados, se impuso con letras de oro en el muro de honor de la Honorable Cámara de Diputados.

Traigo la historia a cuento, a propósito de la celebración del 217 aniversario del natalicio de Benito Juárez, porque recordé otro desliz, del presidente López Obrador en plena pandemia, junio del 2020.

En una conferencia de prensa en el estado de Hidalgo, a propósito de la incorporación de nuestro país al consejo de seguridad de la ONU López Obrador sostuvo que “México siempre votará a favor de la no violencia, guiados por el principio del presidente Benito Juárez García, de que entre los individuos como entre las naciones, el derecho al respeto ajeno es la paz”.

Evidentemente fue una equivocación que no trae consecuencia alguna, pero si el presidente realmente aplicara la frase real en su actuar diario, viviríamos en otro ambiente y clima político en nuestro país.

Por supuesto que me refiero al respeto que debe tener el presidente del derecho que tienen los otros poderes de la unión, el legislativo y el judicial, para disentir o no estar de acuerdo con el pensamiento lineal del presidente.

Pero sucede todo lo contrario, ni les reconoce el derecho que tienen, ni les respeta la autonomía que deben mostrar en su actuar y se la pasa ofendiéndolos y denostando su actuación.

Así no deben ser las cosas. Pobre México con este presidente que no respeta el derecho, no reconoce los derechos de los demás y lo que menos busca es conseguir la paz.