Quienes a estas alturas ya deben estar sintiendo el verdadero terror son los perderistas, digo los perredistas cemiteros, luego del tremendo fracaso que tuvieron como partido polaco en el Edomex y en Coahuila.
Y es que la chiquillada opositora en “Va por México”, no sólo acabó haciendo el perro oso de servir pal’ rábano y salir de relleno en las fotos pal’ Tuister, sino que de pasada acabaría perdiendo el registro como partido local.
Pos cómo no, si los saldos personales del Sol Azteca lo dejaron como el rival más débil, en su intentona por levantar el vuelo y medianamente sacar pa’ la renta en las pasadas votaderas.
Es más, pos el cascajo perredista apenas logró reunir pa’ su causa personal el 2.7 por ciento de los votos en Coahuila, y el 2.9 por ciento en las urnas del Edomex, por lo que su fracaso quedó consumado a diestra y siniestra.
Quedaron de espaldas planas y sin poder alcanzar el raquítico 3 por ciento necesario, pa’ continuar con su mentado registro local en ambos estados.
¡Voy, que me estoy peinando!, y con eso mero se quedarán sin lanas públicas pa’ tratar de operar las próximas elecciones del 2024.
Y es que a ojo de buen cubero, con estos resultados los “rayitos de sol” suman ni más ni menos que 17 estados, donde ya no sacan ni pa’ los chiles en temporadas de calor. Mucho menos pa’ tragar saliva al toparse con la realidad que les espera, pos la Netflix, de nada les servirá haber sido parte de la alianza que ganó por barrida en Coahuila.
Con todo esto, mis carnales, ¿a poco creen que en esta Puebla camotera los perderistas no comenzaron a remojar sus barbas, nomás de pensar cómo les caerá la voladora el próximo año?
A la de a Wilbur que sí, y más cuando entre sus dizque perfiles ganadores repiten los mismos cartuchos quemados, desde Roxana Luna Porquillo, Carlos Martínez Amador hasta Julián Rendón Tapia y Arturo Loyola.
Ahora, más que nunca, se les viene la noche encima, pos en el fondo en Puebla ya no se trata de seguirle jugando a los sueños guajiros, sino de plano tratar de salvar el registro como sea y a costa de quién sea.
Sin descartar, mis culebras, que de “un ave” vayan sacando las uñas o se terminarán quedando ni siquiera pa’ los chescos.
Pos cómo no, si luego del pasado domingo la realidad los terminó poniendo en su lugar, nomás pa’ darse cuenta de los terrenos fangosos que están pisando y el tufo a debacle que andan dejando a su paso.
Tons, qué, ¿van a seguir lanzando verborrea al aire y presumir el mentado capital politiquero que les queda, o armarse de valor y en una de esas amachinarse la hombrada?
Ahí se las dejo al costo.