La Copa Chenel no solo nos llenó de emoción al ver un triunfo épico de Isaac Fonseca, sino que nos deja una serie de enseñanzas que bien podríamos aplicar a los toros en México.
El certamen lleva el nombre de Antonio Chenel "Antoñete", un torero clásico y emblemático de Madrid, que hoy estaría cumpliendo 91 años, pues nació el 24 de junio de 1932. El nombre Chenel le da solera e importancia a la copa.
La Fundación Toro de Lidia partió de un diagnóstico: ante la disminución de festejos taurinos, hay muchos toreros que reciben pocas oportunidades.
En las ferias contratan a las figuras, a los toreros de moda o a los amigos, por lo que no había espacios donde los toreros jóvenes pudieran mostrarse ante el público.
Pasaba igual con las novilladas, no hay lugar para que los muchachos que quieren ser toreros puedan demostrar que tienen las aptitudes para interesar y avanzar en la difícil profesión de matador de toros.
Los organizadores copiaron la fórmula de las competiciones deportivas. Tal como se hace en el tenis o en otras competencias de eliminación directa, en la Copa Chenel hicieron una especie de llave en donde los toreros competían unos contra otros, el ganador avanzaba a la siguiente ronda.
El esquema crea tensión e interés. Acompañaban los festejos de publicidad en redes sociales para dar a conocer a los actuantes y así provocar que el público se interesara en los toreros y apoyara a su favorito. Provocaron rivalidad, tal como sucede en los deportes.
Para las novilladas incluso hicieron una "liga", igual que hacen en el futbol. Así, el ganador de un circuito pasa a una siguiente ronda y se enfrenta con los ganadores de los demás circuitos.
Las rondas van provocando que los aficionados se empapen de la competencia e interesen en los ganadores.
La Copa Chenel y la liga de novilladas han unido a los taurinos españoles. El diagnóstico era compartido: si no se les dan oportunidades a los jóvenes toreros, no se renovará la baraja taurina.
Además, hay que generar nuevos aficionados; para ello, provocar rivalidad vía competencias con un inteligente despliegue publicitario, parece un mecanismo de marketing adecuado.
En México, en cambio, la industria taurina sigue utilizando los mismos modelos del siglo pasado. No hay innovación. Las empresas le hablan únicamente a los taurinos.
Y cada uno lo intenta por su cuenta, sin ayudarse ni voltear a ver lo que hacen los demás. Hace algunas semanas hubo varios intentos de organizar novilladas.
Festejos aislados sin el marketing adecuado que, en algunos casos, terminaron suspendiéndose por falta de público.
La Copa Chenel en cambio ha sido un gran éxito. En el 2021 el triunfador fue Fernando Adrián. La victoria le permitió que lo anunciaran en Madrid en donde ha aprovechado con crecer las oportunidades saliendo a hombros por la puerta grande en dos actuaciones seguidas.
El 31 de mayo desorejó a dos toros de Santiago Domecq y el 17 de junio le cortó dos orejas a un toro de Juan Pedro Domecq.
En el 2022 la Copa Chenel se la llevó Francisco de Manuel. Recibió como premio verse anunciado en Madrid en la Corrida de la Hispanidad del 12 de octubre del 2022, tarde en la que cortó tres orejas a un encierro de Victoriano del Río con lo que abrió la Puerta Grande. Ese triunfo hizo que vinieran contratos en las importantes ferias de Valencia, Castellón, Sevilla y San Isidro.
En el 2023 el ganador de la Copa Chanel fue el moreliano Isaac Fonseca. A Isaac, a pesar de haber sido novillero puntero y máximo triunfador en todas las plazas de España, le habían cerrado las puertas.
En México, el establishment lo veía como una amenaza por lo que no pudo torear en las plazas importantes.
En España no lo contrataron en las mismas ferias donde había triunfado como novillero, salvo en Pamplona. Por fortuna, las reglas de la Copa Chenel le aseguraban un lugar por haber sido el ganador de la Liga de Novilladas del año anterior.
Fonseca triunfó en todas las etapas de la Copa Chenel. No solo recibió las máximas puntuaciones por su actitud, expresión artística, capacidad de lidia y orejas cortadas, sino que el público votaba por él como su favorito.
En la final se quedó solo con seis toros y su actuación fue heroica. A pesar de tener una cornada y un golpe en la boca, se entregó en todos sus toros.
Sus declaraciones están a la altura de su triunfo: "Si uno quiere conseguir grandes logros en la vida, tiene que hacer gestos grandes".
Ojalá que los llamados profesionales, es decir, aquellos que viven de la industria taurina mexicana, vean en la Copa Chenel y en el Liga de Novilladas un ejemplo de innovación para unirse y mostrar la tauromaquia a la sociedad.
La Copa Chenel deja a los taurinos mexicanos enseñanzas que podrían resumirse en rivalidad entre toreros, difusión, marketing y unidad.
Si queremos resolver los problemas de la fiesta en México, como dijo el propio Isaac Fonseca, se tienen que "hacer gestos grandes".