Hartas pilas tendrán que ponerse las autoridades luego del zafarrancho que terminó por armarse allá por la zona de Tecali de Herrera, tras una balacera entre azules municipales y dos presuntos agresores.

Y es que como resultado del regadero de plomo, una persona acabó muriendo y otra más fue detenida bajo el amparo de Doña Justicia, enchilando así a grupos de valedores que se lanzaron contra todo lo que sonara a policletos.

Pos cómo no, si la banda se puso bien espesa y no tardó en armar las de Caín, demostrando puro odio jarocho hacia los azules, quienes mejor aplicaron las de “patitas pa’ qué las quiero”.

Y es que todo el argüende comenzó luego que se encimaran las versiones de la balacera a lo varil, y no quedara clara la muerte de una persona, como quien dice, si era víctima o agresor.

Es más, mis culebras, de manera oficial se dijo que los azules habrían sido atacados a puro fierro por dos chambeadores, que entrados en copas, se les hizo fácil disparar sin reservas. Pos ya que andaban encarrilados, los municipales no se quedaron atrás y repartieron plomo a lo sabroso, dejando a cuentas el fallecido en cuestión.

Del otro lado, los rijosos juraron y perjuraron que los policletos dispararon a lo machín, sin razón alguna, por lo que no dudaron arremeter contra ellos, sin medir las consecuencias. Y ya ni tardos ni perezosos, cargaron contra al menos tres patrullas hasta dejarlas volteadas y casi inservibles, sobre el pavimento, mis carnales.

Cómo no, si mi chismoso tecalense ya rajó chipotle que la banda anda bien encabronada con los azules, pos ya han denunciado un chingo y dos montones de veces cómo se pasan de lanza con los valedores.

Por eso mismo, no faltaron los que se envalentonaron y arremetieron contra ellos, pa’ que sufrieran “una de cal por todas las que van de arena”.

Y pos ya que andan en esas, amagaron que no permitirán más chicanadas de la policía y no los soltarán del cogote hasta que la Fiscalía confirme sus dichos.

¿Será hora de ir prendiendo las alarmas?

Izúcar, el hoyo negro

Donde también las cosas están que arden, es en Izúcar de Matamoros, pos resulta que los carnales cada vez más repudian a la presi municipal, Irene Olea, por la crisis de inseguridad que sufren a diario.

De entrada, el fin de semana se armó una marcha en su contra por no hacer su chamba como autoridad, y de paso, dejar que los crímenes sigan pegando duro a toda la banda.

Ni qué decir del cobarde asesinato de un empresario de farmacias y que ni la Irene ni sus policías levantaran las patrullas, pa’ siquiera detener a los malandros.

Y de las investigaciones y sanciones por las agresiones que sus polis cometieron contra activistas y periodistas en el marco del Día de la Mujer, nada se ha informado.

¿Hasta cuándo capeará la Irene que el municipio le explota en las manos?

Ahí se las dejo al costo.