El 15 de agosto se celebra la Asunción de María. La Iglesia Católica rememora con esta solemnidad cuando la Santísima Virgen fue llevada de cuerpo y alma al cielo, para que participara en la gloria de la resurrección de su Hijo. La tauromaquia rinde también culto a María.
Es el día que más toros se inmolan en España. En México, los vecinos de Huamantla se preparan para la celebración con "la noche en que nadie duerme", que inicia con "La corrida de Las Luces", en la que los participantes del festejo taurino realizan una peregrinación en honor a la Santísima Virgen.
En Huamantla se vive una fiesta con reminiscencias barrocas. Decenas de familias de artesanos crean coloridos tapetes de aserrín, semillas, flores y otros artilugios decorativos, para honrar a la Virgen.
En el 2023, los toreros se vistieron a la a usanza goyesca y en un ruedo, también adornado con alfombras de aserrín, al compás de las notas del Ave María, con redobles el campanero litúrgico y con los aficionados involucrados cada uno con una vela encendida, realizaron una emotiva procesión.
Es un espectáculo que nos remonta al periodo artístico del siglo XVII. La personalidad barroca de aquella época se caracterizaba por ser trágica, festiva, cruda y fastuosa.
Con esos rasgos, los huamantlecos disfrutan de lo efímero, tanto en el arte de sus tapetes, como en la emoción de los lances y pases en la corrida de toros.
El barroco es el arte de la contrarreforma. Un movimiento cultural católico posterior al Concilio de Trento (1545-1563), que tenía como objetivo hacer una oposición formal al protestantismo luterano.
Una de las respuestas fue el valor emocional del culto a la Virgen y a los santos a través de ritos litúrgicos y ceremoniales. España tuvo una importancia teológica fundamental en el Concilio y se convirtió en la abanderada del contrarreformismo y, a lo largo del siglo XVII, utilizó el arte y la literatura para difundir su ideario. En este contexto ritual, es donde toman importancia las corridas de toros.
Con gran sensibilidad taurina, Carlos Fuentes llama "la virgen y el toro" al primer capítulo del "Espejo Enterrado", el ensayo que escribió con motivo de los quinientos años del descubrimiento de América. Ahí explica que "España arranca las máscaras de la hipocresía puritana".
Las tradiciones mexicanas y taurinas siguen estando intensamente vinculadas a los gestos barrocos heredados del siglo XVII. Signos que siguen conmoviéndonos y que nos ayudan a venerar a la Santísima Virgen.
Estas costumbres barrocas que antes ayudaron a defender a la Iglesia Católica del puritanismo protestante servirán en el siglo XXI para protegernos de la ideología del animalismo, mucho más contrarias a la fe Cristina de lo que fue el luteranismo de aquellos años.