Qué sabrosa metida de pezuña terminó por cometer el coordinador de los dipus federicos por Morena, Nacho Mier Velazco, luego de fletearse el tremendo oso de revivir al impresentable de Jacinto Herrera Serrallonga, expresidente del IEE.

Y es que el Nacho se aventó la puntada de sacar de lo más oscuro de la polaca camotera, a quien fue señalado de ser el cabecilla del mentado fraude electoral de 2018.

Hagamos memoria, banda.

Por esos tiempos, cuando el Jacinto comandaba al Instituto Electoral del Estado, fue acusado por Morena de permitir a lo varil todo tipo de chanchullo, pa’ que Miguel Barbosa (qepd) perdiera la gubernatura frente a Martha Érika Alonso (qepd).

Cómo no, banda, si basta con recordar que no levantó ni un méndigo dedo pa’ frenar todas las irregularidades que terminaron por darle el triunfo a la panista, luego del pleitazo que llegó hasta las entrañas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Es más, el mismo que permitió todos los intentos pa’ reventar la votadera, que le valió un cacahuate la mapachera del Hotel MM, que se hizo de la vista gorda pa' custodiar los paquetes electorales. Ese mero, mis culebras.

La Netflix, con esa historia negra y la falta de credibilidad, ¿qué tanto peso tiene que el Nacho lo haya nombrado su coordinador jurídico?

Ninguna, sino todo lo contrario, pos sobre él pesa todo el cochinero que resultó esa mentada elección, mis valedores, y más aún, su renuncia al IEE en 2019 quedó pa’ la historia.

O qué, mis carnales, ¿su nombramiento no es una vil puñalada rastrera pa’ todos los morenos y, de paso, una traición cantada pa’ la democracia cemitera, a manos del Nacho?

Cómo no, si todo lo que toque y diga tendrá el tufo de la falta de credibilidad, y más en las trincheras morenistas.

No hay que ser mal pensados pa’ darse color que al Jacinto nomás no se le podrá creer ni una palabra, cuando del apego a Doña Justicia se trate.

De ese tamaño es la metida de pata que se rifó el Nacho, y más aún todas las dudas que va sembrando en el camino ahora que apunta a llegar al Senado pal’ 2024.

Se imaginan, mis culebras, ¿la choncha que armará el Jacinto como asesor jurídico, en las grandes ligas de la polaca nacional?

Pos cómo decía mi Tía Lucha, “quien con lobos anda, a aullar se enseña”, y de la mano del Nacho, ¡válgame!, todo pinta pal’ desastre.

¿Qué opinará el Tlatoani de que su legislador más cercano le ande apedreando el rancho, en su mismísima cara?

Que no les sorprenda, manada, por qué seguirá soñando otros 6 años con ser gobernador.