Las batallas por los distintos ayuntamientos han iniciado, frentes donde en cada elección hay muy serias disputas.

Una de ellas, cuya importancia ha crecido en los últimos años, es Santa Clara Ocoyucan.

Esta zona, está seriamente dividida entre la región con más plusvalía de todo el estado de Puebla y una de las más pobres.

El municipio ubicado a 30 minutos de la capital, padece una dolorosa polarización entre sus comunidades y Lomas de Angelópolis.

La dotación de servicios públicos es desigual y miles de familias carecen de cosas tan básicas como el agua potable, drenaje, alumbrado público y pavimentación.

Literalmente una barda divide la zona desarrollada, con la abandonada.

Y es que Santa Clara Ocoyucan ha estado controlado por muchos años por Antorcha Campesina.

Pero ante tantos malos manejos, han perdido tantos adeptos que para esta elección los antorchos hicieron lo impensable: aliarse con los panistas.

Agua con aceite.

Por eso los panistas y priistas, le cedieron el espacio a los antorchos, para que sigan manteniendo el cacicazgo, cueste lo que cueste.

Y es que el riesgo de derrota es muy amplio, pero en este caso no contra el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sino contra Movimiento Ciudadano.

Los del partido naranja, colocaron a Rafael Reynoso como el candidato, quien ha abierto su campaña a tambor batiente y sube como espuma en las preferencias.

Joven maduro de 40 años de edad, empresario y consultor, ha señalado constantemente a la gente que ya urge en Ocoyucan un cambio.

Muchos lo están escuchando.

Y eso mantiene muy preocupados a “los de siempre”, en el municipio.

Tiempo al tiempo.

Tinacos, despensas y denuncias

Con apenas cuatro días, las campañas se van calentando.

En medio de acusaciones mutuas, la guerra ha comenzado.

Señalamientos, pedradas y lodazos, empiezan a circular de un lado al otro, de quienes se disputan los distintos cargos públicos.

En el más claro ejemplo, apenas hace unos días, el candidato a diputado federal, José Juan Espinosa Torres acusaba al gobierno estatal de la entrega de despensas, “en plena veda electoral”, como lo dijo.

Ahora, salió del otro lado, el candidato a diputado local, Antonio López, a acusar al ayuntamiento de Puebla capital de hacer lo propio, entregando tinacos.

Lo cierto, es que ambos están equivocados.

La veda electoral no significa que se deje de trabajar, sino simplemente no publicitar los actos de gobierno.

Imagínese a la gente, sobre todo la de más escasos recursos, estar esperando a que pase la veda electoral en poco menos de dos meses.

No es posible.

Ambos candidatos, antes de hacer una denuncia oficial ante los órganos electorales, subieron a sus redes sociales las entregas, claro, sin dejar de vociferar.

El chiste es hacer ruido mediático.

Como esas habrá, muchas, algunas reales y graves, pero la mayoría será solo para el impacto mediático.

Todo abona.

Tiempo al tiempo.