Miguel Ángel Yunes Márquez no sólo rompió el dique con el que la oposición pretendía ser un contrapeso en el Congreso de la Unión, ahora fraccionó a Morena.

Un par de tuits de Rocío Nahle pusieron el tema a rodar. Además de pedir respeto para los militantes de Veracruz, la actual gobernadora pidió a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de su partido que le negaran la militancia guinda a Miguel Ángel Yunes.

En breve estaré haciendo llegar formalmente la solicitud por escrito a la presidenta @LuisaAlcalde con las pruebas correspondientes sobre la ‘carpeta azul’ donde está involucrado  en lavado de dinero y otros delitos”, continuó en un hilo de “x”.

Al más puro estilo lopezobradorista, el Comité Ejecutivo Estatal de Veracruz lanzó un comunicado, donde respalda la amenaza de la morenista de revelar las pruebas sobre los presuntos delitos que le achaca a Yunes Márquez.

La inconformidad entre quienes se consideran dueños del partido, por ser fundadores de Morena brincó fronteras. En la Ciudad de México acusaron de recibido y Luisa María Alcalde dijo que revisarán que cumpla con los postulados morenistas. Pero sus dichos podrían irse con el viento porque el senador ya mostró su credencial guinda “agradecido y comprometido” con la presidenta Claudia Sheinbaum.

Lo dijo frente a los medios y escoltado por Adán Augusto y Fernández Noroña, lo que hace pensar que, su afiliación va.

En este punto le adelanto que no se requiere de mucha ciencia y que una rápida revisión periodística al pasado del panista permitiría establecer que era inadmisible en las filas de la 4T. Empezando por aquello de “No traicionar”, que fue justo lo que hizo en la primera votación relevante de su legislatura, la mal llamada Reforma Judicial. Lo de “No mentir y no robar”, seguramente podrá ser evidenciado con los datos de los habitantes de Boca del Río, Veracruz, de donde fue alcalde.

Salomón Jara, otro gobernador morenista, también alzó la voz. Además de sumarse a Nahle pidió que su partido tampoco acepte al expriista Alejandro Murat. Ambos mandatarios morenistas ven con preocupación como la incursión de políticos de otros partidos vendrán a descomponerles y complicarles los grupos internos de Morena en sus respectivos estados.

Esa es su verdadera preocupación.

Si la inquietud fuera genuinamente ideológica, tanto Rocío como Salomón tendrían que haber alzado la voz hace muchos, pero muchos meses atrás.

Ahora que si lo que les preocupa, como dice Nahle, es que en Morena se infiltren personas con antecedentes dudosos, uno se pregunta cuándo emitirán un pronunciamiento en contra del gobernador de Sinaloa, Ruben Rocha Moya. Tan oscuros los pasados de uno como del otro.

¿Qué avergüenza más, un pasado partidista o un narcopresente?