Un abuso, ni cumplen con el derecho humano al agua, pero si cobran las tarifas que quieren”, dijo tajante la presidenta Claudia Sheinbaum, “No se puede hacer un negocio del agua”, ahondó.

No mejoró el servicio en ningún lado donde se privatizó, dijo, más claro ni el agua.

La crisis del agua en Puebla no es nueva, pero cada año se vuelve más insostenible.

A más de una década de la privatización del servicio por el finado exgobernador Rafael Moreno Valle en coalición con la familia Hank, las promesas de eficiencia y mejor infraestructura se han quedado en el aire, mientras los poblanos enfrentan cobros excesivos, cortes arbitrarios y un suministro irregular.

Un estudio de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP y la Colectiva por el Bienestar Social reveló que el 70% de los hogares en Puebla carecen de un suministro estable y suficiente.

Pero, además, arriba del 30% depende de pipas para abastecerse y un 60% de los encuestados ha padecido enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua.

A esto se suma el alza en las tarifas.

En los últimos diez años, el costo del servicio ha aumentado un 44%, golpeando a miles de familias que pagan cada vez más por un servicio cada vez peor.

Y mientras los usuarios lidian con los abusos, la concesión sigue en pie, sin mayores problemas.

El nuevo director de Agua de Puebla, Jordi Bosch Bragado, asumió el cargo en febrero con la promesa de mejorar el servicio.

Pero, su presencia ha sido más bien simbólica: no se le ha visto dando la cara ante los usuarios, ni se han anunciado cambios reales en la operación de la empresa.

El argumento de que revocar la concesión costaría al gobierno 7 mil millones de pesos sigue la mayor piedra para no intervenir.

¿Cuánto más se puede sostener este modelo que solo beneficia a la concesionaria?

Seguir dejando este recurso en manos privadas, sin regulaciones efectivas ni mecanismos de rendición de cuentas, es condenar a los poblanos a vivir con un servicio deficiente y costoso.

El gobierno debería tomar el control del servicio o, al menos, imponer regulaciones más estrictas para frenar los abusos.

El coordinador del gabinete estatal José Luis García Parra anunció que, en los próximos días, el gobernador Alejandro Armenta Mier anunciará las nuevas condiciones con las que tendrá que operar Agua de Puebla tras meses de negociaciones en mesas de trabajo,

El tiempo se agota y la crisis del agua en Puebla no hará más que empeorar.

Tiempo al tiempo.

Cuentas claras, amistades…

"Muchos quisieran que su servidor se enfrentara a Sergio Salomón, pero no tenemos más que reconocimiento", expresó el gobernador Alejandro Armenta, en la inauguración del distribuidor vial Puebla-Tlaxcala.

En  la reaparición de Salomón Céspedes, Armenta Mier, reafirmó el compromiso con las obras en proceso.

O sea, no hay problema. También, más claro ni el agua.