En Xoxtla arde algo más que neumáticos.

Arde el rencor político, la revancha entre facciones de Morena y la ambición de quienes ven en el agua un pretexto perfecto para 2027.

La semana pasada, aproximadamente 70 personas ejecutaron largos bloqueos en la autopista Puebla a México.

Se vendió como una “protesta ciudadana” por el agua.

Pero todo indica que la movilización fue de gente manipulada y fogoneada por intereses políticos ajenos al municipio, disfrazados de inconformidad social.

La protesta no nació en los pozos de Xoxtla, sino en oficinas donde se planean candidaturas y venganzas.

La participación de personas acarreadas de municipios como Zacatepec, Libres y San Antonio Mihuacán, lo confirma.

¿Qué hacían ahí? ¿Quién las pagó? ¿Qué interés tienen en la red de agua de un municipio donde no viven?

Siempre hay una mano que mece la cuna.

Les cuento:

CONAGUA, ¿autoridad técnica o trinchera política?

Beatriz Torres Trucios, exfuncionaria de SOAPAP y actual delegada de CONAGUA en Puebla, tiene un evidente conflicto de intereses que nadie en el gobierno federal parece interesado en revisar.

Como parte del organismo operador del agua metropolitana, tuvo acceso a información estratégica, tomó decisiones sobre infraestructura y convenios.

Hoy, desde la otra orilla, se dedica a facilitar la narrativa de los inconformes.

Su permanencia en el cargo ya no es sostenible.

Si el Estado quiere mandar un mensaje de institucionalidad, debe empezar por ahí.

Lupe vs Lupe

Guadalupe Ortiz Pérez, actual presidenta municipal por el PVEM, derrotó en 2021 a su exjefa, Guadalupe Siyancan Peregrina Díaz, hoy secretaria general de Morena en Puebla.

Siyancan no se lo perdona.

La acusa de fabricar irregularidades administrativas y le responde alentando protestas vecinales.

En su trienio se comprometió a ceder el 50% del agua del pozo 4 a la zona metropolitana de Puebla a cambio de una inversión de 24 millones de pesos en infraestructura hidráulica.

Hoy se lava las manos y culpa a su sucesora por ejecutar ese acuerdo.

La ironía es brutal: la que firmó el convenio ahora lidera la protesta contra sus consecuencias.

Pelota en la cancha federal

El sábado pasado, en una faena comunitaria, el gobernador Alejandro Armenta fue claro y firme.

“El agua es propiedad de la nación y ningún municipio de Puebla carecerá del líquido vital. Ni Xoxtla ni Nealtican ni Coronango ni ningún otro que tenga pozos con permisos en orden”, sostuvo.

Agua sí, chantaje no.

El mensaje simple.

La narrativa que se cae

¿Xoxtla está siendo despojada? No.

¿Se están llevando el agua en la oscuridad? Tampoco.

Lo que sí hay es desinformación, redes comunitarias manipuladas y una rabia genuina —alimentada por años de abandono y obras mal hechas— que ahora sirve como combustible político.

San Miguel Xoxtla necesita soluciones, sí.

Pero también necesita memoria: recordar quién pactó qué, quién administró mal, y quién ahora se quiere lavar las manos en el río revuelto de la politiquería.

Tiempo al tiempo.