Tras dos años de la pandemia por Covid-19, este lunes 16 de mayo, regresó la tradicional procesión de la Virgen de Ocotlán a las principales calles de la ciudad de Tlaxcala.

Con un recorrido de alrededor de 12 horas, desde la madrugada, los feligreses se reunieron en la Basílica de Ocotlán para dar inicio con la procesión, en medio de veladoras y cantos dedicados a la virgen.

 

 

Con la participación de personal de la Coordinación Estatal de Protección Civil, se buscó que los cientos de feligreses mantuviera una distancia adecuada para evitar accidentes.

De igual forma y en todo momento los integrantes de la Diócesis de Tlaxcala exhortaron a la población respetar los señalamientos para evitar contagios de Covid-19.

La Virgen visitó el mercado de la capital, así como la Central Camionera, el exconvento de San Francisco, en donde los tlaxcaltecas pidieron por mejores condiciones laborales, salud y el fin de la pandemia.

En su mensaje el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, llamó a la población a seguir trabajando por el bien común y dejar de lado la indiferencia ante el desafía de la contingencia sanitaria.

Señaló que el político de hoy debe permanecer fiel y coherente para comprometerse por su pueblo y buscar el bien común.

Convocó a la rehabilitación la política y ayudar a los más necesitados proporcionando los medios necesarios para una vida digna.

En entrevista, Salcedo Aquino agradeció a la Virgen de Ocotlán por la oportunidad de regresar nuevamente a las calles en la participación de una “fiesta de la vida” y por su cercanía al pueblo de Tlaxcala.

“Su primera aparición es como salud de los enfermos, entonces ella ha escuchado las súplicas de su pueblo, que quiere y que pedían la gracia de la recuperación”, detalló.

Durante la procesión se pudo contar con turistas locales y provenientes de los estados de Puebla, Veracruz e Hidalgo, la imagen de la Virgen de Ocotlán sólo es bajada en tres fechas señaladas: Año Nuevo, el primer y tercer lunes de mayo, los cuales son los días de su festividad; en donde las calles son adornadas con flores y alfombras de aserrín realizadas por pobladores de Huamantla.