Vaya tsunami el que podría vivirse en próximos días al interior del Instituto Tlaxcalteca de la Juventud (ITJ), luego que se destapara un presunto abuso sexual cometido por un alto mando, en la actualidad.

Resulta que una periodista tlaxcalteca que actualmente radica en Ciudad de México, acusó de presunto abuso sexual a un alto funcionario de la dependencia, a través de las redes sociales.

Los hechos habrían sucedido en julio del año pasado, y por el momento no se han presentado posicionamientos de las autoridades.

¿Y los mecanismos de la Alerta de Género? ¿Las autoridades tuvieron conocimiento de este caso?

Tal parece que los escándalos al interior de la administración no paran y cada vez son más constantes; ¿será que el gobierno se le está yendo de las manos a las esferas más altas del estado?

Al menos, eso parece. (LS)

Violentan derechos de periodistas

Completamente inútil ha resultado la flamante Oficina de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos estatal, así se ha demostrado, y más luego de la marcha por el Día Internacional de la Mujer.

Y es que tras ser violentados por la pésima reacción policial en el Palacio de Gobierno, apenas han recibido llamadas telefónicas, más por compromiso, que por interés genuino.

Resulta que apenas se les preguntó si querían interponer alguna denuncia contra los colectivos feministas, señalándolas por los actos violentos, lo cual fue rechazado.

Esta movida del gobierno estatal, ¿no parece un intento para deslegitimar la participación feminista y sacar del hoyo a la SSC?

Y para rematar, los propios periodistas violentados rechazaron que sus nombres fueran exhibidos en un boletín oficial.

Vaya manera de ir estrenando la protección a periodistas, una pena. (LS)

La urgencia de taparle el ojo al macho

Ante la llegada de comitivas por el Tour Mundial de Voleibol, las prisas están a todo lo que dan para dejar “limpio y en orden” al Centro Histórico de la capital, despintar consignas del 8M y hacer de cuenta, otra vez, que en Tlaxcala nada pasa.

Ya los murales de Palacio de Gobierno quedaron “restaurados”, los edificios públicos “despintados”, y hasta las calles pulidas, tiempo récord para taparle el ojo al macho.

Como anillo al dedo le quedó al estado la pasarela de funcionarios que se dejó ver limpiando las consignas feministas, si no en lo práctico, sí para la foto en redes sociales.

Y es que con el arribo de contingentes de otros países más vale que los deportistas no vean las pintas en la Plaza de la Constitución.

Ojalá con la misma celeridad el estado resuelva las denuncias que se han hecho públicas en fechas recientes al interior de las secretarias, porque vaya que han dejado mucho que desear.

Porque vaya que está claro que en el estado “el qué dirán” es más importante que los chanchullos cometidos en las dependencias.

De ese tamaño es la indolencia. (LS)