Vaya jalón de orejas se llevaron los aplaudidores del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego que terminara exhibiendo al Poder Judicial del Estado, en sus maratónicas “mañaneras”.
Y es que mientras reclamó a los jueces por solapar decisiones al “vapor” y hasta “benevolentes” que terminan liberando delincuentes, por desgracia para muchos el estado salió a relucir.
Resulta que Tlaxcala destacó en el listado de jueces “solapadores”, por la liberación de la banda de secuestradores "Los Lucios", pues los responsables no determinaron no vincular a proceso a tres personas por el delito de secuestro en Tepetitla, y dos por trata de personas en San Pablo del Monte.
¿El resultado? Que todas estas fichitas fueron puestos en libertad inmediatamente, a costa de la tranquilidad de los tlaxcaltecas que, de entrada, deberán caminar cuidándose las espaldas.
Y como suele ser en estos casos, los Ministerios Públicos y jueces no se mandan solos, y menos cuando los delitos son de alto impacto.
Aquí entre nos, ¿a quiénes le estarán haciendo el “trabajo sucio”? (LS)
Cereso de Apizaco, hervidero del crimen
Luego que se reportara el presunto suicidio de un reo al interior del Cereso de Apizaco, como “pólvora” se han regado los rumores sobre la supuesta colusión de las autoridades internas para dejar pasar hechos de violencia.
Y es que hay que recordar que hace pocos días otro recluso quedó en estado de coma, tras recibir una golpiza a manos de quienes están reformándose.
Es más, en los corrillos de la fuente policiaca se habla que desde las altas esferas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se habría dado la orden de “ocultar” hechos similares.
Por lo mientras, estos hechos son resultado de los niveles bajos de aprobación en exámenes de policías municipales, pues de 3 mil 800 policías, sólo han aprobado 793.
Para rematar, apenas 24 de los 60 directores de las policías en los municipios han sido aprobados, lo que debería encender las alarmas de forma permanente, pues la crisis en seguridad es real, por más que traten de taparla con un dedo.
¿O no? (LS)
Polvorines y el rastro de la tragedia
Nuevamente quedó exhibido el nulo interés de las autoridades federales, estatales y municipales para “cazar” y “extinguir” la proliferación de los polvorines, más, cuando la explosión de uno de estos sitios en Españita dejó la muerte de un hombre y al menos dos mujeres con quemaduras graves.
Y es que cada temporada patria se registras percances similares que ponen en riesgo a la población, a costa de quienes arriesgan las vidas de terceras personas.
¿A poco la Sedena y Protección Civil son tan inútiles para no detectar la compra-venta de pirotecnia ilegal?
Tal parece que sí, y únicamente una vez que las desgracias suceden son capaces de actuar, pues en este caso particular el taller se localizaba dentro de un domicilio particular, a 20 metros de una bodega con 10 toneladas de material explosivo.
Sería iluso pensar que en el estado ya no hay polvorines, con la proximidad del Grito de Independencia, entonces, ¿ya se van a poner las pilas o habrá que esperar otras muertes a costa de la desidia y pasar sin ver? (LS)