Una vez más la marea morada azotó Tlaxcala: miles de niñas y mujeres se hicieron escuchar fuerte y claro, con manifestaciones, muestras artísticas, tendederos de denuncia y, sobre todo, la clásica marcha que abarrotó las calles capitalinas.
Nuevamente, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros mostró que, a pesar de sus esfuerzos por publicitar su “trabajo”, la represión y actos provocativos hacia colectivos, son su sello personal.
Por segundo año consecutivo, la gobernadora muestra su intolerancia por las marchas feministas y los reclamos por justicia, Estado de Derecho, resolución de crímenes de género, desapariciones, trata de mujeres y corrupción.
El uso de vallas para blindar el Palacio de Gobierno es un claro mensaje de todo lo que repudia el movimiento feminista y, claro, la consigna es obvia: ¡va a caer!
¿Aún se atreve el gobierno de Tlaxcala a negar la provocación?
La marcha del 8M de 2023 quedará en la memoria por el uso excesivo de la fuerza, equipo antimotines y una tanqueta lanzando chorros de agua contra manifestantes.
Claro, también la imagen anónima de un ciudadano “domando” el vehículo y exhibiendo su inutilidad.
Por supuesto, sin olvidar a una gobernadora de Morena reprimiendo a mujeres.
Vergüenza y pena total. (LS)
Vallas metálicas o el gasto inservible
Con la novedad que las vallas metálicas que “blindaron” el Palacio de Gobierno costaron 4 millones de pesos, con el cargo respectivo al presupuesto público.
¿A poco este recurso no se pudo utilizar para reforzar la localización de mujeres desaparecidas o el apoyo a familias, víctimas o familias de sobrevivientes de violencia de género?
Algo queda claro: al gobierno estatal sólo le importa el “qué dirán” y la imagen, ya deteriorada a nivel nacional o el turismo que puede generar.
En tanto, casos como la integrante de la SSC “Marlene” exhiben malos tratos, corrupción y, precisamente, violencia de género.
A la lista hay que sumar las denuncias de acoso en la UATx, señalamientos contra el presidente municipal de Apizaco, Pablo Badillo, o los escritos que abarrotaron los “tendederos” en el estado.
Tlaxcala es una amenaza para las mujeres y, lo peor, es tratar de ocultarlo a “piedra y lodo”. (LS)