El reportaje publicado ayer en la primera plana de Intolerancia Diario confirma que el éxito del programa de salud que presumió Rafael Moreno Valle es un mito.

Evidentemente el sistema de salud en Puebla está rebasado y la atención a los derechohabientes del Seguro Popular es un caos que pone en riesgo a miles de poblanos.

Basta con acercarse a cualquier hospital público del estado para confirmar la forma inhumana como son tratados los enfermos que requieren de atención médica.

El problema más grave es que los hospitales no cuentan con médicos ni especialistas suficientes para atender la demanda.

Después del viacrucis que viven los pacientes para lograr una consulta con el médico familiar, reciben su ficha para ser atendidos por un especialista hasta seis meses después.

Imagínense la escena:

Médico familiar —Señor, encontramos un pequeño tumor y tiene usted que ser atendido por el oncólogo.

Paciente —¿Cree que sea grave?

—No podemos saberlo hasta conocer los resultados de sus estudios.

—¿Me va a mandar estudios?

—Esos los tiene que ordenar el especialista.

—¿Para cuándo es mi cita con el oncólogo?

—Para dentro de tres meses porque están saturadas las agendas y no hay espacio.

—¿Y si es cáncer?

—Esperemos que no.

—Doctor ¿no hay manera de que se apresure mi cita?

—Que pase el que sigue.

Esa es una de las muchas escenas que se repiten diariamente, ya que los mil 345 médicos especialistas adscritos al Seguro Popular solo existen en la imaginación del secretario de Salud, porque en las clínicas y hospitales brillan por su ausencia.

Es evidente que al actual secretario de Salud, Neftalí Salvador Escobedo Zoletto, el puesto le ha quedado muy grande y que día con día se le va desmoronando.

Para la mala fortuna de los afiliados al Seguro Popular, la grave situación se irá agravando conforme avancen los meses, porque estamos en el año de Hidalgo.