En entregas pasadas le comenté de la serie de asaltos que se habían registrado en la unidad habitacional Fovissste San Roque.

Le comenté de la inseguridad que viven los habitantes, pero principalmente los estudiantes de la primaria y secundaria que se ubican en la zona.

Ahora tengo que comentarle otro hecho más grave.

Desde el lunes un sujeto que no pasa de los 30 años de edad ha estado persiguiendo a menores de edad, pero para fortuna de estas, se han puesto a salvo por la intervención de los vecinos.

Este hombre tripula un Pointer blanco, placas TZM-8141.

El sujeto maneja el automóvil totalmente desnudo, se acerca a las menores que sabe van a la escuela primaria o secundaria, por la mañana.

Los ‎vecinos ya están preparados para encontrar y poner en su lugar al desconocido.

Pero tienen un problema grave, la Policía Municipal no ha querido recibir las llamadas de denuncia.

En otras palabras, les importa poco que este sujeto pueda atacar a una de las estudiantes.

Y aumentar la lista ‎de jóvenes desaparecidas.

‎Y el riesgo es cada día más latente.

La entrega del 1 de marzo

El martes pasado dos hombres desconocidos llegaron a una de las casas de la unidad habitacional Fovissste San Roque.

Ingresaron a las 14 horas y tomaron por sorpresa a la propietaria, a quien golpearon hasta cansarse, para luego amordazarla.

Los delincuentes se tomaron el tiempo necesario para registrar la propiedad y apoderarse de todo lo que encontraron de valor.

Presuntamente para cometer este robo los delincuentes debieron haberse valido de un vehículo que no fue detectado por los demás vecinos.

Los malhechores finalmente se retiraron.

A las 19 horas llegó la hija de esta mujer, del trabajo, y la encontró amordazada, entonces lanzó el grito de alarma.

En cuestión de minutos se reunieron los vecinos y comenzaron los recorridos por toda la unidad, pero ya no encontraron a nadie.

Un día antes del asalto, dos sujetos andaban tocando puertas, en esta misma unidad, con el pretexto de que les dieran agua, pero su sed no se terminaba y tocaron en varias propiedades, luego desaparecieron como llegaron.

Estos hombres pudieron haber sido los que ubicaron a su víctima.

Una mujer sola, con una hija que trabaja y llega tarde.

Pero debieron haber seleccionado a otras más y esto preocupa a los vecinos.

El miércoles ‎prestaron atención a un vehículo que llevaba en el toldo una escalera, lo siguieron en forma discreta hasta que se dieron cuenta que trabajaba en una empresa de cable y lo dejaron en paz.

Después, a este hombre, desconocidos le robaron la escalera.

Un par de domingos antes, una mujer que pasaba por las canchas de basquetbol, ‎cerca de la unidad médica, también de Fovissste, fue asaltada por dos sujetos.

Le quitaron su bolso donde llevaba dinero y su teléfono celular.

Otros asaltos similares ocurrieron en varios puntos de la unidad, la mayoría en agravio de menores de edad.

Hay que recordar que en esta unidad se ubican dos escuelas, una primaria y una secundaria.

Los menores que salen del segundo turno caminan por calles, la mayoría de estas oscuras y sin gente.

Varios de estos menores se encuentran en las listas de los atracos.

Pero eso no es todo.

El robo de autopartes es todos los días.

‎Espejos, llantas y refacciones cambian de propietario de un día para otro.

Las puertas de cada casa o departamento tienen dos chapas de seguridad.

Pero aun así tienen miedo.

La única patrulla de la Policía Municipal que ingresa a la unidad solo es para estacionarse cerca de las escuelas, orinar y retirarse.

Los vecinos tienen miedo y se agrupan para cuidarse solos.

No creen en que la policía los puede defender.

De llegar a agarrar a uno de estos ladrones puede ocurrir una tragedia.

Y advertido vale doble.‎

Nos vemos cuando nos veamos.