Un grave error de cálculo. Pensar que con la reforma a la ley constitucional del estado de Puebla el futuro político iba a ser diferente.

En concreto, reformar la ley para garantizar que Martha Erika Alonso tome protesta ante los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, en lugar de hacerlo en el Congreso del Estado, es una simple aspirina, que no resuelve el conflicto de gobernabilidad al que deberá enfrentarse la gobernadora Alonso Hidalgo.

Sí bien es cierto, que la reforma legal permite que las condiciones para una eventual toma de protesta de Martha Erika no enfrente la hostilidad de un Congreso en contra, la realidad es que la señal que envió el morenovallismo es de total imposición y cero negociación.

¿Qué pasaría si al momento del arribo de la próxima legislatura esta aprovecha su mayoría de Morena para volver a reformar la constitución, misma que podría ser ratificada por sus alcaldes, justo antes de la toma de protesta?

Hay que recordar que tanto los legisladores y presidentes municipales asumen el poder antes que el gobierno estatal.

Pero vayamos más lejos.

Suponiendo que al estilo Calderón, la hoy gobernadora electa pudiera tomar posesión de manera legal ante el Congreso.

¿Tendrán una idea de lo que les espera una vez iniciado el próximo sexenio?

Con mayoría de diputados de Morena, pueden remover al Fiscal, al Auditor y a todo aquel que por cuestiones de ley estén facultados.

La aprobación de cuentas públicas pasarán por la mayoría morenista, sin que la gobernadora pudiera decir nada.

Con esas figuras impuestas por la dominante fracción de Morena, prácticamente tendrán con el pie en el cuello a la mandataria.

Y esto sin citar la discusión del presupuesto, las reformas y proyectos de nuevas leyes y hasta las exigencias de comparecencias de los funcionarios estatales.

Es difícil imaginar la cena de negros que sucederá en Puebla día a día, pero es evidente que la pírrica victoria legislativa de ayer, es únicamente el inicio de una batalla campal, en la que la mayoría de Morena buscará ganar la batalla final.

Quizá la única opción que tenga Martha Erika Alonzo sea la de cabildear y resolver los conflictos en la alta esfera lopezobradorista en la CDMX, pero para eso tiene un grave problema: le estorba Rafael.

Así de fácil y de sencillo.

Mientras en Palacio Nacional piensen que quién moverá los hilos del gobierno de Puebla será Moreno Valle, la negociación para meter en cintura a los diputados locales se Morena será prácticamente imposible.

La llave de la negociación está en que Martha Erika Alonso de claras señales de que ella será la gobernadora y no Rafael.

Para su mala fortuna, las señales dicen todo lo contrario.

Sólo el tiempo nos dirá si la gobernadora electa es capaz de cortarse el cordón y así resolver la gobernabilidad de Puebla.

Y llegado el momento, veremos y diremos.

Se fue un gran amigo

Ayer amanecimos con la triste noticia del fallecimiento de El Capi Jorge Morgado.

Querido por todos los que lo conocimos, El Capi se va dejando a un número incalculable de amigos acumulados a lo largo de su vida.

Sin duda, el mundo de la política, del futbol y de la seguridad pública extrañará a un personaje que dedicó cada uno de sus días a forjar y cultivar amistades.

Descansa Capi.