Cientos de personas salieron a protestar por las calles de Chicago tras divulgarse el vídeo de la muerte de un joven negro al que un veterano policía blanco disparó 16 veces en un incidente ocurrido hace un año.

 


Varios de los manifestantes gritaban "16 disparos", en referencia a los balazos recibidos por Laquean McDonald, de 17 años, y otros increpaban a los agentes encargados de evitar disturbios, según mostraron las televisiones.
Las autoridades judiciales de Chicago anunciaron el martes el procesamiento por asesinato del veterano policía blanco Jason Van Dyke, presunto autor de los disparos contra el joven. Van Dyke, de 37 años, se entregó por la mañana a las autoridades y está pendiente de comparecer en un vista judicial para decidir si se le concede la liberad condicional.
El joven McDonald, de 17 años, resultó muerto el 20 de octubre de 2014 tras un encuentro con el agente Van Dyke de la Policía de Chicago y que aseguró que en el momento de su fallecimiento iba armado con un cuchillo.
La fiscal del condado de Cook, la hispana Anita Alvarez, afirmó en una rueda de prensa que los cargos presentados contra el policía se basan en los disparos que presuntamente hizo a McDonald cuando la víctima no suponía una amenaza y estaba ya en el suelo
Alvarez también dijo que, debido a que es responsabilidad de las autoridades preservar la paz de la comunidad, prefirieron anunciar el procesamiento del policía antes de divulgar el vídeo del incidente.
En el vídeo, dado a conocer a última hora de este martes, se ve a McDonald corriendo, aparentemente alejándose de un grupo de agentes, cuando le disparan por primera vez.
Después se ve al joven tendido en el suelo, donde aparentemente recibe varios disparos más, y un oficial no identificado se acerca y patea un pequeño cuchillo que McDonald sostenía en su mano.
La policía argumenta que Van Dyke disparó al temer por su vida y añade que McDonald, en cuya autopsia se encontraron indicios de que pudo haber consumido drogas, se comportaba de manera errática y que no atendió a las ordenes de los agentes para que soltara el cuchillo.
Antes de la difusión del vídeo y anticipando posibles protestas, el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, y el Superintendente de la Policía, Garry McCarthy, llamaron a la calma a los ciudadanos durante una conferencia de prensa.
Este es el primer caso en 35 años en la ciudad de Chicago en que un policía es acusado de asesinato debido a un incidente ocurrido cuando estaba de servicio.