Brasil enfrentará graves problemas de tránsito aéreo en la década de 2020, una vez finalizados el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, según un estudio difundio hoy por la Fundación Getúlio Vargas (FGV).

Los problemas se concentran en las terminales aeroportuarias, con 10 de los principales aeropuertos con una estructura saturada.

Según el informe, no basta con despejar las terminales, ya que la saturación continuará en las pistas y en los aviones que sobrevuelan los aeropuertos.

En la actualidad sólo se reporta una pista con saturación, la del aeropuerto de Congonhas, en el centro de la ciudad de Sao Paulo.

En 2020, la pista del aeropuerto de Viracopos, cercano a Sao Paulo, también llegará a a su límite de operaciones y a partir de 2030 más de una docena de aeropuertos de las principales ciudades tendrán saturadas sus pistas.

Esto se debe a que el actual "caos aéreo" brasileño no es exactamente aéreo, sino terrestre, en el embarque.   El número medio de despegues y aterrizajes por hora que tiene Brasil está considerado bajo (38 de media), ante una media mundial de 88, aunque se espera que se igualen los números en un futuro no lejano.

En 2002 Brasil totalizó 36 millones de embarques y en 2012 alcanzó 101 millones, aunque los especialistas consideran que es un número pequeño para un país de 200 millones de habitantes.

En Estados Unidos, con casi 300 millones de habitantes, se realizan unos 650 millones de embarques al año.

La FGV estima que Brasil tendrá 195 millones de pasajeros en 2020 y 312 millones en 2030.

Ante este escenario se calcula que deberán invertirse unos 30 billones de dólares hasta 2030 para adaptar los aeropuertos brasileños.

La mayor parte de esta cantidad, de 10,7 a 14,2 billones de dólares, serán desembolsados entre 2020 y 2030.

Según la FGV, la solución para evitar los problemas de saturación aérea pasan por ampliar la inversión privada en el sector.

El año pasado el gobierno brasileño comenzó una apertura para el control de algunos aeropuertos y permitió la entrada de la administración privada en los de Guarulhos, Viracopos y Brasilia, los cuales se tiene previsto que generen inversiones conjuntas por unos 16 billones de dólares.

Por ello, los responsables del informe abogan por abrir la participación de más empresas privadas, ya que si sólo lo gestionara una, "no habría competencia ni una mejor calidad del servicio".

El primer gran caos en los aeropuertos brasileños se registró en 2007, originado por el accidente que meses antes, en 2006, tuvieron un avión Boeing de la compañía GOL y un avión privado, el cual dejó 154 muertos sobre la Amazonia.

El caos se desató por la huelga de los controladores aéreos, junto con la falta de la infraestructura de los aeropuertos para satisfacer la creciente demanda de pasajeros.

Agencia Xinhua