El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, reconoció su preocupación por el incremento de los casos de dengue en la Mixteca poblana, mismos que han reportado los propios sacerdotes de la región, y anunció que habrá una colaboración directa con las autoridades de la Secretaría de Salud.

Durante la conferencia de prensa de los domingos en la Basílica Catedral, el arzobispo informó que de la zonas de Izúcar, Chiautla y Atlixco, los sacerdotes le informaron que se siguen presentando casos de dengue y se presume que hubo muertos a causa de la enfermedad, por lo que habrán de “cerrar filas” con las autoridades para reducir el número de casos.

Además, informó que, ante el problema, él se reunió con el titular de la Secretaría de Salud en el estado para que la Iglesia colabore de manera directa en las campañas de prevención y que se oriente a los fieles. Asimismo, expresó que las acciones son sencillas, como el evitar que se acumule el agua al aire libre y limpiar de cacharros las casas, pero es necesario que se recuerde a la gente este tipo de acciones y no se presenten más víctimas.

Alienta a los estudiantes
Al hablar del inicio del ciclo escolar, indicó que en el Seminario Palafoxiano comenzaron las clases con 250 alumnos, e inició el proyecto para formar sacerdotes en Izúcar de Matamoros, con seis seminaristas. También, explicó que espera formar sacerdotes de la Mixteca; posteriormente, se trasladarán a la capital para concluir sus estudios, e indicó que el seminario de Zaragoza cuenta con 50 alumnos, pero además hay ministros de ese lugar que hablan náhuatl y totonaco estudiando en Europa.

Asimismo, el arzobispo Víctor Sánchez envió su mensaje hacia los estudiantes y maestros que retornan este lunes a las aulas: “La escuela es uno de los ambientes educativos en los que crecemos para aprender a vivir, para ser hombres y mujeres adultos y maduros, capaces de caminar, de recorrer el camino de la vida. ¿Cómo les ayuda a crecer la escuela? Les ayuda no sólo a desarrollar su inteligencia, sino a tener una formación integral de todos los componentes de su personalidad”.

Sánchez Espinosa recordó que el papa Francisco, durante un encuentro, les decía a los estudiantes jesuitas que en la escuela el elemento principal es aprender a ser magnánimo. “La magnanimidad: esta virtud del grande y del pequeño que nos hace siempre mirar hacia el horizonte.

”La segunda palabra que el papa Francisco pide a los estudiantes es que reflexionen. En sus escuelas, ustedes participan en diversas actividades que les llevan a no encerrarse en uno mismo o en su pequeño mundo, sino a abrirse a los demás, especialmente a los pobres y necesitados, a trabajar para mejorar el mundo en que vivimos. Sean hombres y mujeres con los demás y para los demás, verdaderos campeones en el servicio a los demás.

”La escuela puede y debe actuar como catalizador, para ser un lugar de encuentro y de convergencia de toda la comunidad educativa, con el único objetivo de formar y ayudar a crecer como personas maduras, simples, honestas y competentes, que sepan amar con lealtad, que sepan vivir la vida como una respuesta a la vocación de Dios, y la futura profesión como un servicio a la sociedad.”