Aunque en la actualidad los diferentes grupos de ambulantes en el centro histórico de la ciudad de Puebla están en la generación de propuestas de varias casonas para su reubicación, para el secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla, Guillermo Aréchiga Santamaría, desde la autoridad local tendrán una propuesta construida pasados los primeros 100 días de gobierno del presidente municipal José Antonio Gali Fayad.

“Llevará más tiempo del que quisiéramos, aunque vienen casos específicos de éxito como hospitales, centro histórico y de casonas”.

Sobre el enfrentamiento de días pasados en los alrededores del mercado 5 de Mayo, el funcionario municipal afirmó que el problema lo platicó con los líderes y, de entrada, compartieron la postura de mantener la tranquilidad, aunque aclaró que el esfuerzo que tienen que realizar es grande porque son muchos liderazgos: “Pero nosotros vamos por reglas claras”.

Aréchiga Santamaría reveló que son decenas de grupos los que se dedican al comercio ambulante en la zona monumental de la ciudad de Puebla, por eso no puede ofrecer un número específico de comerciantes callejeros que actualmente están en diferentes puntos del centro histórico, pero aclaró que al día de hoy no hay más comerciantes de los que recibieron.

“Estamos en pláticas permanentes y ya comenzamos con las cuatro organizaciones más grandes: Antorcha Campesina, la 28 de Octubre, Fuerza 2000 y el MOSUP”, y aunque lograron resultados fructíferos todavía faltan muchos con los que se deben sentar a dialogar.

El secretario de Gobernación del ayuntamiento de la ciudad de Puebla afirmó que la autoridad local tiene cuidado con que el problema no se desborde, por eso puntualizó que existe un proyecto incluyente.

“Es la mejor manera de consolidar el turismo y que podamos entrar en relaciones de respeto, de diálogo franco y con resultados, para lo que encontramos disposición de los grupos de vendedores ambulantes”.

El funcionario municipal recordó que trabajan en una propuesta concreta pero con el diálogo permanente, aunque afirmó que de ninguna manera buscan imponer una posible solución.

“Hay disposición de buscar casonas, mercados que hoy están semiocupados y tianguis en zonas densamente pobladas”.

Lo que quiere el gobierno del actual presidente municipal, dijo Guillermo Aréchiga Santamaría, es que los vendedores ambulantes se concienticen de la importancia de tener las calles limpias, pero que también contribuyan con la autoridad al evitar actos de violencia.

“Para ambos puntos encontramos disposición”, por lo que agregó que las reuniones serán permanentes, hasta que de manera conjunta encuentren salida a la problemática.

Comercio formal pierde hasta la mitad de sus ventas


Desde la perspectiva de Antonio Samayoa, de la tienda de bisutería y zapatería Libia, normalmente el comercio ambulante atenta contra 80 por ciento de la venta. “Es mucho, es muchísimo”, sobre todo porque llegan y se instalan y no hay regulación, por lo que los clientes potenciales prefieren comprar en la calle, porque piensan que es más barato.

“Pero al final de cuentas terminan gastando el doble porque regresan con toda su mercancía, pero sí nos afecta en 80 por ciento el ambulantaje”.

Aunque no consideró creciente el comercio informal en la calle 5 de Mayo, afirmó que se presenta con altas y bajas, pero hay ocasiones en que se imponen y el ayuntamiento manda personal, pero lo hace tres días sí y cuatro días no hay policías.

“Las ventas callejeras están muy descompensadas, ni les dicen sí ni les dicen no, pero estamos batallando con esa gente”.

Antonio Samayoa hizo un llamado a las autoridades locales, a que sean realmente firmes.

“Si va a ser no, que sea realmente no al ambulantaje; no hoy sí, mañana no. Pero el problema se nota en todo, hace un año empezaron a traer pipas para lavar las banquetas y este año pueden ver y todas las banquetas estás sucias, grasosas, y precisamente hay puestos de comida y puestos de todo, hasta tanques de gas ponen y no hay ninguna regulación para eso, es peligroso”.

Por su parte, Tere, de la zapatería Las Vegas, aseguró que al rubro comercial zapatero no le “pega” el comercio informal porque regularmente están en las áreas de venta de ropa y de juguetes, aunque reconoció que afectan de manera importante la imagen urbana porque generan la impresión de inseguridad y de pronto los clientes ya no prefieren acudir a esa zona del centro de la ciudad.

“Sí nos pega, pero ya estamos acostumbrados a verlos, pero llegan más sábados y domingo, aunque a veces llegan autoridades de ayuntamiento que visitan las calles”.

Silverio Briones, administrador de Meyfer, reveló en entrevista que el comercio informal representa una competencia desleal que realmente les afecta: “Porque ellos no pagan impuestos y llegan con muchas piratería, sí, nos afecta demasiado”, y calcula que disminuyen sus ventas hasta en un 50 por ciento porque en la sociedad poblana no hay capacidad de recursos para que haya circulación económica.

Silverio Briones desconoce si existe control gubernamental sobre los vendedores informales porque en ocasiones sí encuentra vigilancia, pero los vendedores se mueven mucho y “torean” a las autoridades, aunque aclaró que en términos de la imagen urbana es claro que estorban demasiado.

“Son personas sin educación, alguien pone alguna mercancía un poco afuera de su local y estorban tantito y ya están tratando de pegarles, con vocabulario muy pesado; es una situación realmente difícil, pero además las personas que traen tanques de gas es algo muy riesgoso, las personas que hacen fritangas; imagínese que llega un niño, se le ocurre estirar la mano y se quema solito y se generan accidentes”.