Para el analista político de la UPAEP Manuel Díaz Cid, en la actualidad: “Si hacemos la revisión de quiénes son los que participan en los partidos políticos y lo comparas con la ideología, nos encontramos con que no checa con el esquema ideológico”, por lo tanto afirmó que el tema ideológico hoy no resuelve ni siquiera la identidad y los ciudadanos se encuentran en la etapa más compleja del cambio de época, donde los viejos principios se quedan atrás y ya los partidos no tienen las herramientas para enfrentar el cambio que se les presenta.

En ese contexto, afirmó que los dos partidos políticos que actualmente pasan por procesos internos, uno ya concluido y el otro en plena efervescencia, se encuentran en situaciones parecidas: “Por ejemplo, el Partido de la Revolución Democrática está con el trauma encima de la aparición del Movimiento de Regeneración Nacional, que es un grupo que, como hace sus manifestaciones callejeras y populares, causa un impacto más serio sobre la comunidad sobre quienes están trabajando, haciendo proyectos y planes al interior del PRD; estos grupos son vistos por muchas personas con escepticismo porque hay el prejuicio de que la izquierda es la izquierda callejera y a mí me parece que ha evolucionado, que tiene áreas estratégicas verdaderamente interesantes, que tiene banderas legítimas, de quienes la dirigen, al igual que el PAN, en lugar de contrincantes se vuelven enemigos y al ser enemigos tenemos los cuadros sintomáticos que estamos viendo ahora”.

Importan más los militantes que el que gana
Ambos institutos políticos, dijo Díaz Cid, están en los tiempos de generar una jugada de vital importancia porque, más que el nuevo dirigente, tienen que depender del resto de los participantes porque aquí puede haber desde una “guerra civil”, una separación total, hasta un sisma, y si son inteligentes se van a sentar, se van a poner de acuerdo y generar de manera conjunta un plan, es lo más difícil; como alternativa existe y me parece que no estar viendo la realidad y refugiarse en las ideologías impide ver la consecuencias, las expectativas y oportunidades que se presentan.

La ideología que se transforma
El investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) aseguró que el debate entre lo que eran las izquierdas de los años 70 y 80, “ése ya no existe”, porque —desde su perspectiva— ese debate se arregló y se definió, por lo que sobre eso, lo que queda es hablar un poco desde la perspectiva histórica, pero en la actualidad es un tema que ya pasa a un segundo plano.

En la actualidad, agregó el politólogo, se crean nuevas ideologías: “Y esas nuevas ideologías se van reconociendo con los cambios que se generan al interior de los partidos políticos, que todos han perdido el apoyo y soporte de sus principios los han tirado a la basura”.

Lo que hacen en la actualidad quienes integran los partidos políticos y buscan participar en las campañas políticas, aseguró el experto en análisis político, es comprarse los libros de dark marketing, “que es tirar lodo con ventilador” y esa es la manera de hacer política en el momento presente, y lo piensan hacia afuera y hacia adentro: “Porque se vio al interior de las elecciones del PAN, en lugar de un debate de propuestas y de ideas, vimos descalificaciones y zancadillas” que hablan precisamente del laberinto en que se encuentran involucrados, aseguró.

La ideología histórica
En la teoría política se conoce como “derecha” al segmento del espectro político que acepta o promulga las diferencias sociales como algo secundario frente a la izquierda, que persigue una mayor igualdad o participación política y aunque no existe una definición estricta de derecha aunque dadas un conjunto de dicotomías se plantea: libertad individual frente a colectivismo, confesionalidad frente a laicismo, propiedad privada frente a propiedad pública de ciertas actividades económicas, igualdad de oportunidades frente a igualdad de resultados, tradicionalismo frente a reformismo social, conservadurismo frente a liberalismo, la derecha se decanta estadísticamente por la primera de ellas en mayor proporción que la izquierda.

En ese contexto, la izquierda política se refiere a un segmento del espectro político que considera prioritario el progresismo y la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos y sociales, circunstancialmente denominados derechos civiles, frente a intereses netamente individuales o privados y a una visión tradicional o conservadora de la sociedad, representados por la derecha política. En general, tiende a defender una sociedad aconfesional o laica, internacionalista, progresista, igualitaria e intercultural. En función del equilibrio entre todos estos factores, la izquierda política se divide en multitud de ramas ideológicas.

Pero, actualmente, el discurso político de la mayor parte de fuerzas de derecha habla de favorecer la riqueza a través de la libre competitividad. El término derecha política tiene muchas connotaciones e ideas conflictivas en la actualidad, estando asociado a posiciones liberales, capitalistas, conservadoras o religiosas. Engloba por tanto a corrientes ideológicas muy diversas cuya separación puede ser tajante, aunque también pueden ser compatibles, que ante todo busquen el mantenimiento del orden social establecido, como tradicionalismo y conservadurismo.

En oposición a la izquierda política, el sector más liberal enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo de las administraciones públicas y busca potenciar valores y derechos individuales, frente a posiciones colectivistas, solidarias o estatistas, mientras que el sector más conservador es partidario del encuadramiento colectivo en estructuras rígidamente jerarquizadas y disciplinadas.