Los profesionistas mexicanos que, por venir bien preparados y especializarse en Canadá, logran buenos puestos de trabajo niegan ser “cerebros fugados” y aseguran que además de poner en alto el nombre de México no han perdido el lazo con su país.

“Nos preparamos bien, trabajamos muy duro y tenemos la ventaja de hablar español, lo que es importante para muchas empresas canadienses con negocios en Latinoamérica”, explicó a Notimex Eduardo Suárez, quien trabaja como director de estrategia de divisas para un importante banco canadiense.

“En mi empresa trabajo con consultores en México”, señala por su parte Mauricio Dávila, quien da asesoría tecnológica en el sector energético a empresas de todo el mundo.

Lorena Martínez es egresada del Tec de Monterrey y estudió en Toronto un posgrado en análisis de mercado.

“Quería tener experiencia en el extranjero para cotizarme mejor en México, pero las cosas se fueron dando aquí y me quedé”, dijo Martínez, quien en nueve años en Canadá ha tenido tres empleos.

Actualmente es la directora de compras de una empresa que coordina las tiendas de los aeropuertos.

“Al principio fue difícil porque mi inglés era básico y en mi área de mercadotecnia necesitaba mejor comunicación, pero como estudié en Toronto eso me ayudó a abrirme las puertas”, agregó Martínez, originaria de León, Guanajuato.

“La fuga de cerebros no es una pérdida sino una ganancia a la larga”, asegura Dávila, quien abrió su empresa en Toronto hace 12 años y tiene una amplia cartera de clientes en los sectores energía, petróleo, gas y petroquímica.

En su opinión, más que hablar de “fuga de cerebros” (brain drain) “yo prefiero decir “brain circulation”, es decir circulación de cerebros”.

Recordó que desde que dejó México siempre ha estado desarrollando proyectos con dependencias gubernamentales y empresas de ese país.

“Trabajé muchos proyectos del sector energético con la Secretaría de Energía, con Pemex, y he ayudado a empresas mexicanas a desarrollar sus proyectos”, acotó el expresidente de la Red de Talentos Mexicanos en el Exterior, Capítulo Toronto.

Dávila asegura que hay un “efecto positivo de los profesionistas que salen de México, porque a la larga regresan o su éxito en el extranjero les permite abrir empresas subsidiarias o de alguna forma generar empleo en su país de origen”.

La asociación de exalumnos del Tec de Monterrey, Ex a-Tec Canadá, realizó en 2010 un estudio para analizar el proceso de integración laboral al país de sus agremiados.

El estudio, aplicado a 218 egresados que viven en las principales ciudades de Canadá, revela que la mayoría de estos inmigrantes tiene un grado de Maestría, tiene entre 26 y 35 años de edad y encontró trabajo en los primeros tres meses.

A un 20 por ciento de los encuestados les tomó entre cuatro y seis meses encontrar trabajo, mientas que un 18 por ciento ya vino con un empleo asegurado, según la investigación.

De igual forma, la mayoría de los Ex a-Tec tiene entre dos y cinco años en Canadá y gana entre 50 mil y 120 mil dólares anuales.

El reporte indica también que las principales áreas donde se emplean estos egresados son: tecnología, ingeniería, mercadotecnia, finanzas y administración, entre otros.

“El 55 por ciento de los Ex-a-Tecs dijeron tener casa o condominio propio”, señala el reporte.

“El 64 por ciento gana entre 50 mil y 120 mil dólares anuales, de los cuales 61 por ciento de los hombres gana más de 70 mil contra el 39 por ciento de las mujeres”, según la encuesta aplicada por la asociación Ex a-Tec Canadá.

Entre las dificultades o retos que encontraron estos inmigrantes, citan el estar lejos de su familia, el largo invierno y obtener la experiencia canadiense que les permita posicionarse mejor en el mercado laboral.

Los entrevistados afirman que siguen teniendo lazos con México e, incluso, no descartan regresar algún día.

Eduardo Suárez llegó a Toronto hace 10 años, estudió una maestría en Administración de Negocios y ha desempeñado cargos importantes en bancos canadienses.

Considera que el creciente interés de los bancos canadienses en hacer negocios con México y el resto de América Latina ha sido una gran coyuntura para él.

“En Latinoamérica está habiendo más apertura de sectores importantes de la economía que habían estado cerrados al sector privado y eso me ha ayudado mucho a crecer profesionalmente”, señaló.

Ahora, como director de estrategia de divisas en el banco canadiense, “tengo permanente contacto con México, hablo mucho con funcionarios mexicanos y viajo a mi país por lo menos cuatro veces al año”, mencionó.

A pesar de tener ya la nacionalidad canadiense, Suárez no descarta regresar a su país natal.

“México ofrece una cantidad enorme de experiencias atractivas, no descarto volver en el futuro, por ahora mantengo comunicación con amigos, voy seguido, leo diarios mexicanos y da gusto ver que está habiendo cambios positivos”, agregó.

Por su parte, Lorena Martínez comentó que también tiene una agencia que da asesoría a estudiantes internacionales, con lo cual sigue manteniendo su lazo con México.

“Cuando llegué a Canadá sentí que no había quién me asesorara y se me hizo que era bueno dar asesoría a los estudiantes internacionales antes, durante y después del proceso”, explicó la expresidenta de Ex a-Tec Ontario.

“No siento que sea un ‘cerebro fugado’, intento mantenerme cercana a mi comunidad y ayudar en lo que pueda, no me siento ajena a México y en un futuro quisiera dedicarme a mi agencia de tiempo completo y poder viajar seguido a mi país”, dijo.

Sin haber perdido conexión con su país, estos profesionistas siguen poniendo en alto el nombre de México. En marzo pasado, la revista Latinos Magazine publicó un especial en inglés con los perfiles de los Diez Mexicanos más Influyentes de Canadá, el cual fue distribuido por el principal diario del país, The Globe and Mail.