De día o de noche los delincuentes observan cada uno de los movimientos que hacen los microbuses; hacen suyos con sólo una mirada los accesorios que con tanto esfuerzo adquieren los pasajeros y las monedas de los chóferes.

Una noche de tantas, al salir de su trabajo en una zapatería del centro de Puebla, Rocío Luna, joven de 22 años, abordó su microbús que la llevaría tranquilamente a su casa.

Por su mente nunca pasó la idea de un asalto o de que podría correr peligro a bordo del microbús debido a que estaba acostumbraba a andar sola y a altas horas de la noche.

Al pasar el puente vehicular de la colonia Miguel Hidalgo y las vías que se encuentran casi en abandono hicieron la parada siete jóvenes, todos vestidos de negro, sin hacer el menor gesto pagaron su respectivo pasaje y se acomodan a lo largo del microbús.

A los dos minutos de subir, un sujeto que se encontraba cerca del chofer levantó la mano y dio la orden: de inmediato sacaron cuchillos y pistolas, los que usaron para despojar a la gente de todo lo que traía. La mayoría de los pasajeros eran estudiantes.

En menos de tres minutos hicieron “el trabajito”. Las navajas encontraban el cuello de quienes por alguna razón se negaban a entregar los celulares y las piezas de oro que pedían los asaltantes, para todos la amenaza era la misma: “Dame todo o te lleva la chingada”.

Al final, el sujeto que dio la orden de iniciar el atraco tranquilamente les dijo: “¡Ya está, vámonos!”, por lo que los sujetos se bajaron de la unidad sin esperar siquiera a que se detuviera. Corrieron inmediatamente para perderse entre las calles sin pavimentar y oscuras.
Muy pocos asaltos a mano armada son denunciados a las autoridades, es difícil que una persona sea valiente y levante la voz, ya que algunos de los asaltantes son sus mismos vecinos y, si los denuncian, habrá seguramente venganza.

Rocío ni se opuso al robo de su quincena. Fue la tercera vez que le ocurrió, al parecer los maleantes esperan que sea fin de mes para que la gente lleve dinero.


La constante
Según estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), hasta mediados de 2013 el robo a transporte público de pasajeros ocupaba el quinto lugar entre los delitos más frecuentes de la capital poblana

Tan sólo al cierre del primer semestre del año pasado el Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata (CERI) había registrado alrededor de 30 casos.

Los atracos a camiones, combis y microbuses se encuentran detrás de los perpetrados contra transeúntes, a vehículo, a negocio y a casa habitación.

Estas estadísticas refieren que as zonas con mayor incidencia han sido las inmediaciones de Ciudad Universitaria y del mercado Hidalgo, las carreteras a las juntas auxiliares Canoa y La Resurrección, y el barrio de San Antonio.

Además, señala que las rutas 12 y 38 como las más vulnerables a los asaltos, aunque también reflejan ataques contra las rutas Universidades —entre otras que circulan cerca de la Ciudad Universitaria— y Galgos del Sur.
 
Modus operandi
Los delincuentes abordan la unidad, se distribuyen en el camión y amenazan a los pasajeros. Toman lo que les entregan y rápidamente bajan.

Los asaltantes suben y se concentran en el conductor del autobús, a quien amedrentan, le quitan “la cuenta del día” y se dan a la fuga.
El método de los carteristas que sustraen carteras y objetos de los bolsos de las mujeres, en este caso no se recurre a la violencia física o psicológica, e incluso las víctimas no se dan cuenta de lo ocurrido en el momento.

Es de destacarse que no existen detenciones de casos relacionados con migrantes centroamericanos que roben en el transporte público, como han denunciado algunos usuarios a medios de comunicación.
 
Los atracos
“Los asaltos son muy frecuentes, no hay una zona especifica, nos asaltan en San Ramón, nos asaltan en la Capu, en la 22, en el Paseo Bravo”, dijo Arturo Cortés, representante de la línea Agua Azul-Mayorazgo.

“Pero ahora ya asaltan las unidades, porque hay unidades que se van a rolar, los paran y nos quitan las computadoras, creo que para los asaltantes ya es negocio, ya que las venden en el mercado negro”, dijo.

Explicó que obviamente tras los robos de las computadoras de los motores las unidades quedan paradas afectando directamente al concesionario.

“Llevamos aproximadamente 20 robos por mes de este tipo”, alertó al señalar que el número de atracos se incrementa cuando el chofer es despojado de la cuenta del día, aproximadamente 2 mil pesos.

“Se los llevan a lugares no habitados, ahí los dejan abandonados, ya ha habido por lo menos tres lesionados, chóferes que fueron ‘picados’ o golpeados con las pistolas”, comentó el transportista.

“Ese tipo de gente ya sabe a qué hora tiene el conductor suficiente dinero, se trata de jóvenes vándalos o chavos ‘banda’, quienes hacen lo que quieren. También hay casos donde le pasan ‘báscula’ al pasajero”, comentó.
 
Pocas denuncias
Se considera que sólo 10 por ciento de los asaltos al transporte público es denunciado, según los mismos concesionarios.

La poca confianza que hay con las autoridades ha evitado que se presenten las denuncias, ya que casi nunca son detenidos los asaltantes.

“El tortuguismo y malos tratos de los agentes del Ministerio Público los espanta”, dijo Ignacio Morales Paz, representante de transportistas quien informó que diariamente decenas de asaltos, uno en promedio por ruta.
 
Sin protección
Hasta 2011 el parque vehicular de la ciudad de Puebla cuenta con 5 mil 977 unidades de ruta fija (Van, midibús y autobús) divididas en 160 rutas, existen 12 mil 458 unidades de taxi en la capital, mientras que al interior del estado suman 6 mil 27.

En el sexenio pasado, el entonces titular de la SCT Valentín Meneses Rojas afirmó que mediante el uso de tecnologías de localización vehicular se podrá rastrear y monitorear a unidades de transporte —ruta fija o tipo taxi— en tiempo real, mediante el uso del sistema GPS, para “frenar” los asaltos.

Finalmente, nunca se aterrizó el proyecto y ahora son inexistentes estos dispositivos tecnológicos en microbuses y taxis por el alto costo.

Supuestamente, estos mecanismos permitirían saber el recorrido exacto de la unidad por fecha y hora. Además, a través de comandos vía internet, se controla el encendido y apagado del motor de forma automática, así como el cierre de puertas, activación de seguros, claxon e intermitentes.

Bajo estos esquemas, los conductores de unidades del servicio público de transporte podrían haber recibido ayuda inmediata al activar el “botón de pánico” que, a su vez, enviará una señal a cinco números celulares (algún familiar, concesionario, central de taxis, 066 o corporación policíaca).

Pero el costo del dispositivo que es de 5 mil pesos aproximadamente, con una renta mensual de 299 pesos, frenó toda opción para los concesionarios, quienes pidieron subsidio a las autoridades, pero nunca fueron apoyados.
 
Detenidos
Hace unas semanas el entonces director del CERI, Eduardo Vázquez Rossainz, afirmó que se habían detenido aproximadamente 300 carteristas mediante los operativos de “Pasajero Seguro” que se realizan en las rutas del transporte público.

Destacó en entrevista que la mayor incidencia de asaltos son carteristas que regularmente se registran en horas “pico” y en colonias populares en horarios de 5 a 8:30, de 13:30 a 16:30, y de 18 a 23 horas.

“El operativo de monitoreo y seguridad de transporte público es permanente y se ha realizado una nueva adecuación del programa que se venía implementando, que es con equipos portátiles de videovigilancia”, abundó.

Asimismo, refirió que se continúa levantando la imagen al interior del transporte público, tanto de personas que podrían ser señaladas como presuntos responsables y de potenciales testigos.

El proyecto “Centinela” sigue operando y monitoreando en la calle y en algunos paraderos con el objetivo de brindar mayor seguridad.
Los operativos se realizan de manera sorpresiva en el bulevar Héroes del 5 de Mayo, en la 11 Norte-Sur, en el bulevar Hermanos Serdán y en zonas de mayor concentración.

Para brindar mayor seguridad a los usuarios del transporte público, se mantiene vigente el operativo anti asaltos por diversas zonas de la ciudad donde se tienen reportes de estos hechos.

Las zonas más peligrosas
Cristo Rey
Xonaca
La Piedad
Mercado Hidalgo
Mercado Zaragoza
Pueblo Nuevo
Loma Bella
San Manuel
Tres Cruces
Las Torres


Las rutas más atacadas
Galgos del Sur
Agua Azul Mayorazgo
Ruta 9
72 A
Ruta 10