Los comerciantes ambulantes establecidos en los parques de la ciudad, pasan por los peores momentos en sus ventas, debido a la temporada vacacional de los escolares, quienes se convierten en sus mejores consumidores.
En el caso particular del paseo Nicolás Bravo, son más de 500 puestos con permiso del ayuntamiento, los que diariamente ofrecen al público en general, diferentes productos, que aseguran, son los mejores precios de la zona centro de la ciudad.
En un recorrido, aseguraron que en el lugar tienen suficiente seguridad, atención de las autoridades municipales y una ventaja, que ninguna organización de vendedores ambulantes les cobra recursos extraordinarios para estar instalados en ese parque, muy cercano al zócalo de la ciudad.
Reconocieron que la competencia entre los mismos comerciantes que se ubican en el paseo Nicolás Bravo, es fuerte, porque la mayoría busca obtener la simpatía de la clientela con los mejores precios, sin embargo, ratificaron que ahora mismo, no reportan ventas altas, porque los estudiantes están de vacaciones.

La mejor época para la venta de tamales, es el invierno

Elisa, tiene 9 años vendiendo tamales y atole en una esquina del paseo Bravo y aseguró que ahora mismo, son más 500 vendedores los que se ubican en ese parque, “está dura la competencia, pero siempre se logra colocar el producto”.
Reveló que en el rubro de la seguridad, hasta ahorita, está todo tranquilo, porque existen rondines permanentes de la policía municipal, empero, no descarta que en algunas ocasiones se enteran de asaltos y de robos a los transeúntes.
En su caso, la mejor temporada para la venta, es cuando hace frío, que es diciembre, aunque reconoce que ahora mismo, las ventas están bajas, “están un poco bajas, porque los niños están de vacaciones, en un día normal vendo de 800 o 900 pesos, cuando se vende bien”.
Su horario de trabajo, en el que todos los días se coloca en la misma esquina, es de 6 de la mañana a una de la tarde, de lunes a domingo y pagan puntualmente su permiso al ayuntamiento, “los puestos que tenemos no nos lo regalan, nosotros los tenemos que invertir, a como diga el gobierno, pero en cada administración cambia, “pero nosotros tenemos que invertir de nuestro dinero para hacerle promoción al gobierno, es de nuestro bolsillo, el gobierno solamente nos da los permisos, pero los pagamos”.
Reveló que hasta el momento, el gobierno los ha respetado y no les ha exigido dejar ese espacio de trabajo, que muchos tienen desde hace varias décadas.
50 años de trabajo en el paseo Bravo
La señora Rosario González Bautista, una sexagenaria dedicada a la venta de dulces en la parte central del paseo Bravo, asegura que tiene más de 50 años trabajando en el lugar y el tipo de administración es cambiante, “yo empecé a trabajar desde los 8 años vendiendo cosas de plástico”.
En ese parque, reconoció, ha vivido varias etapas trabajando, “empezamos con unos cobradores que pedían al mes desde un peso y les daban un boletito, después con unos administradores que estaban en el centro y ahora le corresponde al ayuntamiento de Puebla, pero además, dijo que por el tiempo de ser comerciantes en el lugar, “tenemos un reconocimiento entre los vendedores más antiguos del paseo Bravo”.
Reveló que ahora mismo, la cuota que pagan al ayuntamiento, oscila entre los 400 y los 500 pesos mensuales, pero afirma que el negocio es noble y siempre alcanza para enfrentar ese tipo de responsabilidades.


Negocio en los parques no es un buen negocio
González Bautista, aseguró que tener un negocio en los parques, “no es un buen negocio”, porque todos viven al día, por eso, dijo que si fuera un buen negocio, “yo no debería predial, no debería agua y  no he arreglado mis papeles de la tercera edad para tener un buen descuento”.
“Si esto fuera un buen negocio, no estaríamos pagando renta ni sacrificando tanto de nuestras necesidades, pero creo que todos los que venden aquí, tenemos deudas con los agiotista, con nuestras casas, lo que sabemos es que nadie es propietario del paseo Bravo ni el gobierno”, afirmó.
Lo que sí tienen propietarios, dijo, son los puestos en que venden sus productos, “porque de los puestos cada quien es propietario, esto todo es mío, si debo, le debo a mi agiotista, pero no le debo a mi líder, aparte es un líder a aparte es que me rentan, yo tengo mi permiso que yo pago, no me rentan”.
Reveló que aunque la mayoría de los vendedores del paseo Bravo, trabaja de manera independiente, todavía existen unos 6 líderes, que buscan controlar todo, pero no pueden hacerlo, porque ellos tienen trato directo con el ayuntamiento.

Los clientes son locales y muy pocos turistas
González Bautista, reveló que a la zona del paseo Bravo, llega mucha gente, sobre todo en días escolares, pero lo que tienen claro es que no es un espacio buscado por el turismo, que prefiere llegar al primer cuadro de la ciudad.
Dijo “aquí no vienen de muchos lugares, son vecinos de los alrededores, porque si usted visita el zócalo, tiene diferente gente de otros Estados y de otros lugares, aquí no tenemos los carritos, no tenemos bicicletas, no tenemos nada”.
Empero, reconoció que con todo eso, es una economía muy fuerte para todos los poblanos, porque tienen cosas más baratas que el cualquier mercado, “eso te ayuda a ti y ayuda a todo mundo, porque si elevas tus precios no eres un buen comerciante, pero además, muchos, en lugar de elevarlos te dan tres cuartos”.
Y aunque existe mucha movilidad de personas y de recursos, tienen claro que el paso Bravo no es buena zona para vender, solamente es para irse manteniendo cotidianamente, “si fuera buena no estaría rentando para sobrevivir”.