A poco más de dos meses de que el pequeño Héctor Ánimas Marín, de tan solo 7 años, perdiera la vida esto como consecuencia de una presunta agresión por parte de un compañero de la escuela Primaria Oficial Benito Juárez del municipio de Atzitzihuacán y peor aún, la negligencia de los maestros del plantel pues omitieron información al paramédico y que era de vital importancia para brindarle la primera atención, padres del menor, María Guadalupe Marín Domínguez y Josué Ánimas Álvarez exigen a las autoridades de la SEP y de la Fiscalía del Estado de Puebla se esclarezcan los hechos y se deslinden responsabilidades.

Aun consternada por la pérdida de su hijo, Guadalupe Marín refiere que fue el pasado 20 de junio de 2018 que recibió un mensaje por parte de la maestra, Alicia Ortega Ríos quien le dice que debía ir por su hijo porque había tenido un accidente con uno de sus compañeros en la clase de Educación Física; cuando llegó al plantel, encontró a su hijo quien tenía inflamado la parte derecha de la cabeza y le dijo que se sentía muy mal.

Fue —agrega— cuando acude a buscar la ambulancia para trasladar a su hijo a un hospital para que recibiera la atención médica y en el transcurso del camino, su hijo Héctor le dijo que un compañero de clase “Jhonatan” A. lo había tirado al piso, provocándole la severa lesión y cuyo certificado de defunción de la Secretaría de Salud concluyó en un traumatismo craneoencefálico, Hemorragia Subaracnoidea y Edema-Cerebral Generalizada.

“Mi hijo, en el transcurso al hospital me dijo que su compañero Jhonatan lo había tirado e incluso, la versión de sus propios compañeros del salón es que ‘Jhonatan A’. llegó por detrás y metió su pie en medio de las piernas de mi hijo, con su brazo le rodeo el cuello y lo jaló tirándolo al piso de lleno con su cabecita de lado derecho. Cuando tiró a mi hijo, dicen sus compañeritos que Jhonatan empezó a reírse.

“Uno de los niños de quien tenemos su testimonio, nos dijo que el maestro de Educación Física, Israel Vázquez Mendoza no se dio cuenta de cómo calló mi hijo y que la maestra del grupo, Alicia Ortega Ríos, no estaba con ellos. La versión que me dieron los maestros es que mi hijo había chocado cabeza con cabeza con Johnatan. Cuando llegamos al hospital del Niño Poblano, después de varias horas, nos dieron el diagnóstico y nos dijeron que eso no era producto de un choque de cabezas, que se ser así el otro niño tenía que haber estado lesionado”, precisó.

Agregó que algunos alumnos le dijeron que la maestra, Alicia Ortega Ríos les dijo que tenían que respaldar la versión de que Jhonatan había sufrido un accidente y no una agresión como ellos constataron en un inicio; e incluso, después de este suceso y de la irreparable pérdida del pequeño Héctor, la maestra solicitó su cambio a otro plantel educativo.

La omisión y la exigencia

E insistió: “El paramédico le preguntó a los maestros y éstos le aseguraron que había sido choque cabeza con cabeza con uno de sus compañeros, le negaron información de los síntomas o reacciones que había tenido mi hijo después del golpe, negaron información para que supieran el diagnóstico de mi hijo.

“Fuimos con un médico privado, éste nos dijo que la lesión era grave y que era necesario trasladarlo a un hospital. Lo llevamos al hospital del Niño Poblano y después de los estudios nos dijeron que era grave la lesión y que necesitaba una operación, aunque no había un médico neurocirujano y buscamos uno privado (…), lamentablemente pasaron varios horas importantes. De haber tenido la información que los maestros negaron en un principio, hubiéramos podido hacer algo por mi hijo.

“Exigimos justicia, porque los de la SEP nos han dado largas, no hubo ningún apoyo del seguro médico que pagamos año con año, han querido que firmemos papeles en donde los deslindamos de responsabilidades, han hecho de todo esto un largo peregrinar, no les importa el dolor de una madre, de una familia que perdió a un hijo (…).

“Hoy, este niño agresor continúa en la escuela, de hecho ya habido otras agresiones a otros compañeros, en otros años habían asambleas por las agresiones de este niño, pero no se hizo nada. Los padres del niño y toda su familia se les conoce como personas problemáticas. De la maestra que ocultó los hechos, logró cambiarse de escuela antes de que iniciara el ciclo escolar”.

Finalmente, los padres del pequeño Héctor, a quien lo conocían como un niño tranquilo, solidario y aplicado en los estudios, exigen a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la FGE de Puebla que se realicen las investigaciones necesarias y que se aplique el peso de la Ley contra los responsables de la negligencia, encubrimiento y muerte de su hijo.