El ahora expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, este miércoles 20 de enero se dirigió a su nueva residencia oficial, ubicada en Florida, por última vez a bordo del Air Force One, aeronave que retornó hacia Virginia para ponerse a servicio del nuevo mandatario, Joe Biden.

Junto con su esposa, Melania Trump, el exmandatario abandonó la Casa Blanca durante la mañana, donde declaró ante los medios: “Con suerte no será un adiós duradero, nos veremos de nuevo”.

Poco después subió al helicóptero presidencial que lo llevaría a la base militar Andrews, en Maryland, donde también deseó suerte a la nueva administración, sin mencionar el nombre de Biden: “creo que tendrán un gran éxito, tienen la base para hacer algo realmente espectacular", dijo. Ahí mismo, Melania señaló: “Ser su primera dama fue un honor… que Dios bendiga a esta nación tan preciosa”.

A su llegada a Florida, el exmandatario fue recibido por un centenar de simpatizantes, para después dirigirse a su residencia de Mar-a-Lago, lugar en donde solía pasar sus vacaciones durante su mandato.

Tras las constantes acusaciones de fraude en las elecciones de noviembre pasado, Trump decidió no asistir a la toma de posesión, siendo el primer presidente que se ausenta en 150 años. Además, rompió con otra tradición al negarse a recibir a Biden y su esposa, Jill, en la Casa Blanca, contrario a como ocurrió cuatro años atrás durante la partida de Barack y su esposa Michelle Obama.

Esta tarde, Biden arribó junto con su familia a la Casa Blanca, recorriendo a pie la Avenida Pennsylvania como parte del Desfile de Inauguración, donde solo se permitió el acceso a los medios y la entrada limitada al público, debido a la contingencia por la pandemia de Covid-19.

Le siguieron la vicepresidenta Kamala Harris y su esposo Douglas Emhoff, llamado ahora “segundo caballero” de Estados Unidos, en un evento que contó con la participación de pequeños contingentes de estudiantes y bandas musicales.