Una situación difícil es lo que padecen mil 400 productores del campo poblano de diferentes regiones de la entidad que comercializan sus productos en la Central de Abasto.

La grave crisis que padecen en sus ventas los obliga a rematar sus productos hasta casi la mitad de su valor, con la pérdida de mil pesos diarios de producción y que 40 por ciento de sus productos vayan directamente a la basura. Esto es generado por la falta de un espacio digno dónde comercializar sus productos en este lugar, pues lo hacen en una calle de terracería, sin servicios, en total abandono, así como el nulo apoyo de las autoridades, situación que los ha puesto a pensar seriamente en migrar a otros estados del sur del país. En primera instancia rematan productos como cebollas, rábanos, calabazas, espinacas, lechugas, cilantro y perejil, entre otros productos.

Consideraron la necesidad de recuperar lo que más se pueda de lo invertido —alrededor de mil pesos de productos diarios— para que al menos tengan un margen de dinero para regresar al siguiente día con el producto que logren rescatar. Además, hay que considerar que en promedio los campesinos tienen que aguardar hasta mes y medio para obtener la madurez de sus productos y comercializarlos, por lo que en ese tiempo lo mejor es vender en pocas cantidades con respecto a lo que siembran.