Recordó el gobierno de Puebla el temblor de 1999 con un “macro simulacro” de sismo en distintos puntos de la ciudad en el que participaron más de 368 mil poblanos, de los cuales 233 mil 50 fueron alumnos de 730 escuelas. El director de Protección Civil municipal, Gustavo Ariza Salvatori, reveló que el ayuntamiento realiza una serie de pruebas para la adquisición de una alarma sísmica.

Señaló que el dispositivo permitirá dar un margen de aviso de 30 segundos de anticipación, con el objetivo de desalojar edificios públicos y privados. Indicó que esta alarma vendrá acompañada de una serie de altavoces que serán colocados en diferentes puntos de la ciudad, los cuales habrán de activarse en caso de un movimiento telúrico, comentó. Ariza Salvatori señaló que los sensores de este dispositivo serán colocados en las costas del Pacífico y del Golfo de México, y a través de una onda estará enviando la señal preventiva con 30 segundos de margen, tiempo que permite efectuar un desalojo de al menos 400 personas en edificios públicos y privados.

En el “macro simulacro” participaron desde negocios hasta comercios e industrias afiliadas a distintas cámaras empresariales como la Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y la Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), entre otras. Al evento protocolario realizado en la escuela Héroes de la Reforma asistió Mario Rincón González, subsecretario de Asuntos Políticos y Protección Civil de la Secretaría General de Gobierno; los directores estatal y municipal de Protección Civil, Jesús Morales y Gustavo Ariza, además del secretario de Gobernación municipal, Pablo Montiel Solana.

Los niños, el ejemplo
En la escuela primaria Héroes Reforma los pequeñines respondieron de gran forma a la alarma reuniéndose en el centro de la institución. Ante la mirada de autoridades del gobierno del estado y municipales, el simulacro se realizó en apenas 2 minutos con 5 segundos, tiempo en que vaciaron las aulas del plantel. Los cientos de pequeños bajaron las escaleras de manera muy seria, sin jugar, lo que demostró lo bien capacitados que están.

Fue una demostración de coordinación que tienen bien implementada los niños entre 6 y 12 años de edad. Incluso, las maestras hacen ejercicios y les cantan a los niños para que se les quite el miedo y se distraigan en caso de un temblor real. Cada uno de los niños tiene un número y sabe a ciencia cierta a qué punto de la escuela tiene que acudir, en zonas al interior del edificio donde supuestamente no corren peligro, lugar donde empiezan a contar para saber si no falta alguien.

Incluso, también simularon la atención de posibles niños lesionados, quienes en caso real serían atendidos por brigadas de protección conformadas por los mismos alumnos y maestros del plantel. Y es que los estudiantes de la Héroes de Reforma constantemente realizan simulacros, luego de que en 1999 fueron de los edificios escolares más dañados, incluso aún tiene grietas y fracturas de ese año pero que no ponen en peligro a los niños. El antiguo edificio de la primaria, ubicado en la 11 Sur, entre 13 y 11 Poniente, fue uno de los más afectados hace 13 años.

La presidenta del comité de padres de familia, Alma Delia Martínez, reveló que existen daños en el edificio a pesar de las peticiones de la institución educativa desde administraciones anteriores. “Esta es una de las escuelas que fueron afectadas en el sismo de 1999, por eso es que aquí se llevan a cabo los eventos de alguna manera para recordar y efectivamente ver que esté todo en condiciones para los niños, principalmente.”

—¿Qué hace falta en esta escuela?

—Hay que ver bien las fracturas, resanarlas bien, ver también la pintura; en general, tenemos muchas cosas.

—¿Qué es lo que considera que es más urgente?

—De emergencia, restaurar las partes que están agrietadas y hace falta una impermeabilización y pintura a la fachada, para dar un mejor aspecto.

El sismo de 1999 aún es recordado en Puebla por los daños que dejó en distintos edificios, el cual se registró de 6.7 grados en escala Richter con epicentro a 20 kilómetros al suroeste de Tehuacán, uno de los desastres naturales más destructivos en la historia de Puebla. Posterior al desastre, un grupo de universidades y técnicos realizó una evaluación en donde se determinó que el patrimonio histórico del municipio de Puebla que incluye conventos, iglesias y edificios del siglo XVI y XIX fue el que sufrió las afectaciones más fuertes.