Y es que líderes que no tienen nada que ver con la Central de Abasto cobraban hasta 500 mil pesos mensuales de manera ilegal por la ocupación de los espacios que ocupaban.
Lo anterior, luego de que desde el pasado miércoles se iniciara este proceso para el retiro de puestos, pero se retomó este día debido a que otros tantos informales no quisieron retirase por cuenta propia, como estaba estipulado en un acuerdo previo con la administración del lugar.
Para esto, desde la mañana se dispuso una operación en las inmediaciones de la zona denominada La Herradura, donde el miércoles pasado se había solicitado a comerciantes informales retirar las estructuras que utilizaban como locales improvisados en diversas áreas comunes del lugar.
Aunque el primer desalojo se realizó el pasado miércoles en puestos instalados en lugares prohibidos, se había dado de tolerancia el jueves para que el resto hiciera lo propio para dejar limpias las áreas que ocupaban.
Sin embargo, al no hacerlo, el consejo de Administración de la Central de Abasto pidió nuevamente el apoyo de la autoridad municipal para destinar elementos de la Policía Municipal con el fin de preservar el orden.
Aunque se vivieron momentos de tensión, el retiro de más de 300 informales que faltaban por desalojar se realizó en calma y sin incidentes mayores.
Esto fue confirmado por el secretario de Gobernación municipal, Pablo Montiel Solana y por Luis Pinto Medel, presidente del consejo de la Central de Abasto Puebla.
Después de lo ocurrido hay calma en la Central de Abasto, ya que la comuna colaboró con los bodegueros para desalojar a más de 400 vendedores que invadieron áreas comunes.
A la zona llegó personal de la Secretaría de Gobernación y elementos de Seguridad Pública (SSPTM), con el objetivo de garantizar el orden y la seguridad a los presentes durante el desalojo.