Cuarto alarmas dañadas por la creciente de los ríos, así como otras seis más —producto de actos vandálicos—, es el saldo que ha dejado hasta el momento la temporada de lluvias.

Todos estos sistemas han sido reparados para tranquilidad de los ciudadanos y con ello mantener seguros los 14 puntos de riesgo que hay en los ríos y las barrancas que atraviesan la capital poblana.

Así lo informó la jefa del Departamento de Apoyo y Restablecimiento de la dirección de Protección Civil municipal, Alicia Yáñez Gámez, durante una demostración de reparación y atención de estas alarmas.

Al respecto, la funcionaria municipal recalcó que la temporada de lluvias ha dejado cuatro alarmas hidrológicas dañadas debido a que fueron arrastradas por la precipitación pluvial, lo que ocasionó el daño de sus sensores.

La demostración del ensamble de esos equipos que se usan para la medir el nivel de agua en ríos y barrancas sirvió para demostrar el trabajo que se realiza en el mantenimiento de los sistemas que son afectados por vándalos y también por las condiciones del clima.

La funcionaria de Protección Civil destacó que además del daño por el propio uso, los equipos son objeto de vandalismo, por lo cual deben cambiar por los menos siete alarmas por año.

“Se roban los cables, les avientan piedras o rayan el equipo, por lo que cada año debemos estar preparados para repararlas y queden en óptimas condiciones para su funcionamiento.”

Yáñez Gámez precisó que la dirección de Protección Civil tramita la sustitución del equipo ante la Secretaria de Administración y Tecnología de la Información (SATI).

Reiteró que actualmente operan 43 alarmas en los puntos más susceptibles de inundación, como los ríos Atoyac, Alseseca y San Francisco, entre otras.

Indicó que el ayuntamiento de Puebla no adquiere aparatos con alta tecnología porque generalmente se los roban y los costos son mayores a las arcas municipales, de tal forma que prefieren mantener las que tiene la actual administración.

La titular del área apuntó que la unidad realiza un constante mantenimiento de sensores y componentes que en ocasiones sufren daños por estar a la intemperie, incluso por el arrastre y crecida de los causes de ríos, sin embargo señaló que el vandalismo sigue siendo el principal factor de afectación de los equipos.

El trabajo de ensamble contempla el planchado de la tarjeta que conforma la alarma para posteriormente realizar el proceso de pegado de micro componentes; asimismo, cuenta con un sensor conectado a un tubo con flotadores de PVC, los cuales se activan al detectar un incremento en el nivel del agua.

Yáñez Gámez indicó que las alarmas son sistemas que tienen el objetivo de apoyar a los vecinos de las diversas zonas a resguardar su integridad y la de sus familias, por lo que muchas de ellas están bajo el cuidado de los ciudadanos quienes reportan a la unidad cualquier daño.