Desde muñecas y carritos, pasando por los distintos gadgets electrónicos, o para compradores de antaño, bicicletas y triciclos, hasta carritos de pilas.
Para los presupuestos acomodados: las costosas consolas de videojuegos, los reyes magos abarrotaron las tiendas comerciales.
Entre los juguetes más exigidos por los niños estuvieron los videojuegos de shooters, en donde lo mismo acribillan zombis, aliens, seres sobrenaturales o ejércitos.
En el centro de la ciudad, sobre la avenida Reforma, se vendían en 10 pesos los globos de colores, cartita incluida, para que los niños pudieran enviar las cartas a los reyes magos.
El día fue intenso para los reyes magos: roscas de reyes para la familia, chocolate y tamales fue el desayuno para cargar batería.
En el mercado de La Victoria familias completas acudieron a tomarse la fotografía con los reyes magos, para recordar el día indispensable en la biografía de los infantes y la esperada merma del presupuesto familiar que dependiendo la exigencia y los deseos de los niños se ajustaron los planes para que los reyes magos entregaran sus anhelados regalos.
Los niños y las niñas, después de escribir sus cartas, como indica la tradición, se fueron a dormir temprano, aunque no faltaron los curiosos quienes quisieron descubrir el secreto de la llegada de los regalos de Reyes Magos.