Israel –joven de 16 años de edad a quien se le cambió el nombre para su protección-, sale diariamente del Colegio España casi a hurtadillas para poder llegar a su casa sin ningún problema.

La caminata que emprende desde Plazas Amalucan hacia el Infonavit del mismo nombre, siempre las trata de hacer acompañados de compañeros, entre quienes se protegen para no ser asaltados por delincuentes de sus mismas edades.

Pero no siempre tiene la suerte y hay días en que se llega a topar con pequeñas bandas que les hacen la vida difícil, robándoles lo que puedan, desde sus mochilas, hasta Ipod o teléfonos celulares.

Y es que los estudiantes de esta zona del oriente de la ciudad, sobre todo los de bachiller y secundaria se han convertido en clientes de la delincuencia que impera, sobre todo de pandillas de jóvenes que van desde los 12 hasta los 22 años de edad.

Sin embargo, a pesar del alto índice delictivo de la zona, pocos se atreven a denunciar ante el temor de alguna revancha, por lo que los vecinos se tienen que aguantar a los atracos constantes.

La unidad habitacional Amalucan se ha convertido en una guarida de delincuentes, donde se están registrando asaltos a plena luz del día perpetrados por pandilleros y drogadictos, sin que las autoridades hagan nada.

Vecinos del lugar refirieron que ha hecho poco la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) para frenar la ola de delincuencia que sufre esta zona del oriente de la ciudad, donde pululan drogadictos asaltando sobre todo a estudiantes.

Por ejemplo, Israel, al regresar de su escuela a su casa fue abordado en el primer retorno de Álamos por dos sujetos.

Los delincuentes que no rebasan los 20 años de edad lo golpearon en la cara para que se callara, mientras lo amagaban con sendos cuchillos.

A pesar de solicitar ayuda de vecinos en el momento de ser asaltado, nadie lo apoyo, por lo que los maleantes lograron llevarse su teléfono celular.

Pero esta no es la primera vez que le ocurre, sino que refiere que es la tercera ocasión que lo asaltan en menos de dos meses.

Posteriormente al llegar a su casa llamó al 066, por lo que acudió una patrulla de la Policía Municipal, quienes hicieron un recorrido junto con el joven para tratar de localizar a los asaltantes.

Luego de dar varias vueltas, simplemente los uniformados le dijeron al joven “ya ni modo, nos ganaron, mejor vete a tu casa y da gracias que no te hicieron nada”.

Mientras tanto vecinos, quienes pidieron el anonimato, afirman que esa zona de Amalucan se ha vuelto extremadamente peligrosa ante la falta de rondines policiacos, sobre todo en la cancha de futbol rápido ubicada en el primer Retorno de Alamos.

Afirman que los pandilleros se han apropiado del espacio deportivo donde no dejan jugar a nadie, mientras juegan futbol entre botellas de licor y cigarros de mariguana.

“No sirve de nada llamar a la policía, todos están coludidos, casualmente tarda mucho en llegar, y cuando llega, pues no agarran a nadie”, refieren los vecinos del lugar.

Indican los afectados que es normal ver a toda hora a grupos de jóvenes, en su mayoría menores de edad vagando por las calles de Amalucan, buscando a quien asaltar, pero para que no haya problema prefieren a los jóvenes estudiantes.

“Andan en grupitos de seis a ocho o hasta 10 pandilleros, siempre con bolsitas con resistol o botellas para drogarse”, refieren

“No hay seguridad, las casetas de la policía están abandonadas, no hay rondines, solo pasan a cobrar su cuota cada fin de semana, pero realmente no hacen nada para parar a estos delincuentes”.

Afirmaron los inconformes que los maleantes han agarrado de clientes a los estudiantes de escuelas particulares de Plazas Amalucan, quienes son de mejor posición económica, a quienes les quitan desde teléfonos celulares, hasta laptops.

“Urge mayor vigilancia de la Policía Municipal, que no se queden en promesas las que nos hizo Eduardo Rivera cuando vino, sino un día vamos a lamentar que a uno de nuestros hijos los acuchillen y lo maten” terminaron.

Zona Peligrosa

En un recorrido de Intolerancia Diario por la zona donde más se cometen los robos en Amalucan, se notó la constante proliferación de bandas de pandilleros, quienes están simplemente sentados bebiendo cervezas o alcohol a la vista de todos.

“Todos los días venían a fumar su mita aquí, a cada rato entra el olor a las casas, ya los niños ni se querían acercar porque eran molestados por los mariguanos, por eso cerramos”, dijo uno de los vecinos.

Los maleantes aprovechan los muchos callejones de la zona como lugar de reunión, donde no nada más ingieren bebidas embriagantes, sino consumen todo tipo de droga.

No hay casa de la zona que se salve de los constantes grafitis, y por doquier se pueden ver botellas de cerveza y alcohol de distintas marcas tiradas en las calles, pero sobre todo en la zona de las canchas y zonas verdes.

Inclusive a un lado de las canchas de la calle Álamos, existe un pequeño jardín con juegos infantiles, como columpios y resbaladillas que dejó de ser público, ya que vecinos prefirieron enrejarlo para que los adictos no puedan entrar.

Así como este jardín, ya son varios los que tienen rejas, ya que ante la falta de seguridad prefieren poner horarios para que los niños puedan entrar a jugar.

Estas medidas las tienen que adoptar los vecinos ante la falta de vigilancia, ya que a pesar de contar con una caseta de seguridad ubicada en un retorno de la calle Roble, es casi inoperante y ha sido prácticamente adueñada por una pareja de supuestos policías auxiliares.

 “No sirven de nada los policías estos de la caseta, nada más sacan dinero, por las noches se escucha pasar su motito la que van tocando el claxon, como para alertar a los maleantes que ya van y así no meterse en broncas”.

Pachangones

Otro factor que aumentan los actos delictivos en la zona, son los constantes bailes públicos que se hacen en la zona, donde vecinos sin consultar a nadie cierran las calles para hacer la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Vecinos afectados señalan que luego son tres o cuatro de la mañana y la música de sonideros está a todo volumen, pero nadie se queja directamente por temor a represalias.

“Ya parece que vamos a salir a quejarnos, ahí nos abrochan, mejor nos aguantamos, todos acaban borrachos y drogados, son decenas de jóvenes que lo hacen, y sin ninguna vigilancia”, comentan los vecinos afectados.

En el recorrido hecho por este diario, se pudo documentar la colocación del equipo de sonido en diversas calles muy cercanas a la cancha de futbol del retorno de Álamos, cerrando las calles desde temprana hora, hasta la madrigada.