La Catedral es aquélla en la que está colocada la cátedra del Obispo, signo de su magisterio y de su autoridad de pastor de la Iglesia particular y, al mismo tiempo, signo de la unidad de los creyentes en la fe que el Obispo proclama como pastor de la grey.
La Iglesia Catedral, “por la majestad de su construcción, es figura de aquel templo espiritual, que se edifica en el interior de los espíritus y que resplandece con la magnificencia de la Gracia Divina, según aquella frase del apóstol Pablo: ‘Ustedes son el templo del Dios vivo’ (2 Cor 6,16). Por ello, debe ser una clara imagen visible de la Iglesia de Cristo que ora , canta y adora en la tierra; en efecto, debe ser vista como imagen de su Cuerpo místico, cuyos miembros se hacen una sola cosa por la caridad, alimentada con la lluvia de los sagrados dones” (Pablo VI, Const. Apost. Mirificusaventus, 7 diciembre 1965). 
Fue en 1649, cuando en tan sólo 9 años, 8 meses y 5 días, el ahora beato Juan de Palafox y Mendoza decide terminar el templo que a su llegada el 22 de julio de 1640 encuentra sin terminar. Para logarlo busca recursos y aporta él mismo parte de su herencia. 
Como primer paso se acuerda levantar un poco más la nave central sobre las laterales para permitir e paso de la luz natural. Las obras se reinician el 13 de agosto de 1640,  para acelerar los trabajos, Palafox y Mendoza visita casa semana a los 1500 oficiales y peones que laboran en la obra. Los trabajos de cantería, pilastras, arcos y cornisas son recomendados al maestro Agustín Fernández.
El aragonés Mosé Pedro García Ferrer, conocido como “la conciencia artística de Palafox”, traza la cúpula y la construye el maestro arquitecto Jerónimo de la Cruz. Para recordar la fecha de consagración, Palafox manda a grabar en el taller del maestro Antonio Lechuga dos lápidas una en latín y otra en castellano, que son colocadas en la parte inferior del retablo de los Reyes.  Sin duda nuestra Catedral, no solo por ser sede del Obispo, sino  por su arquitectura, belleza y arte es el más importante patrimonio de nuestra ciudad, cuidémosla, valorémosla y promovámosla. 
Que Dios los bendiga y bendiga a sus familias.