La Revolución Mexicana, ni la Puebla revolucionaria, se pueden entender sin la figura heroica del combatiente Porfirio Díaz ni la de su antagonismo en sus cuatro momentos gloriosos, ponderó Mario Riestra Piña, al inaugurar el coloquio sobre el movimiento de 1910.
Durante el evento cultural organizado conjuntamente por la UAP y alcaldía, el secretario del Ayuntamiento, recordó que la participación de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori durante la gesta de la Batalla del 5 de Mayo, fue esencial en la victoria del ejército al mando del general Ignacio Zaragoza.
El espíritu guerrero de Díaz Mori prácticamente dio el triunfo a la milicia a cargo de Zaragoza quien se negó a rematar a los franceses en su huída, como solicitó Porfirio. Esos momentos gloriosos del general básicamente definieron el mensaje triunfalista del generalísimo Zaragoza al presidente Benito Juárez.
Además, Riestra Piña destacó el papel de Porfirio en la Restauración de la República, el 2 de abril de 1867, que le valió ser llamado héroe del dos de abril, como lo plasman los diferentes testimoniales, entre ellos el de González Ortega, que señala a Porfirio Díaz como la pieza fundamental para no deponer las armas y continuar la lucha hasta ganarla.
Pero los poblanos no “podemos” dejar pasar el movimiento revolucionario iniciado por los hermanos Serdán en Puebla en el momento antagónico de Porfirio Díaz, al que se debe recordar principalmente como estadista y, diferenciar, puntualmente la parte correspondiente a la dictadura.
En 9 mayo 2013, recordó, que el Congreso poblano publicó el decreto de cuatro veces heroica de Puebla de Zaragoza por los pasajes gloriosos de la historia de la Angelópolis que ha enriquecido a la historia nacional.
Obras del siglo XX
Puebla fue beneficiada con varias obras como el ayuntamiento que el general Díaz inauguró en 1906 y “varias obras de gran calado” como el Mercado La Victoria, El Panteón Municipal y la Avenida Juárez.
“Se convirtió en uno de los principales arquitectos, literalmente hablando, del siglo XX, gobernando solo los primeros años de ese siglo; para entender a Díaz se deben conocer bien las pulsaciones vitales, como diría José Ortega y Gasset, sobre lo que entendemos como el siglo XIX mexicano”.
En La Teoría de las Generaciones del propio Ortega y Gasset se ve como afectó a esos grandes héroes de México que en esa época tenían entre los 18 y 20 años, la pérdida traumática de poco más de la mitad del territorio nacional a manos del invasor estadunidense.
“No podía dejar de sorprenderme como Yucatán en esa ocasión se mantuvo neutral ante la invasión, al igual que otras ciudades y todo eso encaja muy bien en La Teoría de las Generaciones de Ortega”.