La pandemia mundial creada por el coronavirus, castigó a los locatarios del mercado de Pescados y Mariscos, con ventas magras que en este cierre de Semana Santa se transformaron con un índice positivo de 30 puntos porcentuales en la comercialización de la comida del mar.
Pero ni la figura maligna del Covid-19 en estos días santos logrará que bajen las cortinas porque la fe es grande y esperan que Dios los ayude en el transcurso de esta contingencia necesaria para sacar fuerzas y mantener sus fuentes laborales, advirtió el asesor de la Unión de Marisquerías y Pescaderías del Estado de Puebla, Ignacio Roldán.
Este Viernes Santo, llegó para los locatarios del mercado localizado en el norponiente, con la bendición esperada desde el comienzo de la Cuaresma que también marcó para ellos un hito histórico al observar el desplome de las ventas en un 70 por ciento.
Los clientes que se mantuvieron en sus casas por temor a ser contagiados por el Covid-19, este viernes salieron al inmueble para comprar desde el popular pescado Sierra hasta el altamente cotizado Huachinango sin olvidar camarones para preparar un buena sopa de mariscos.
Pero lamentablemente la clientela tampoco guardo la sana distancia y muy pocos usaban cubrebocas como ocurrió la víspera en la amplia zona de la 16 Poniente donde las pescaderias son factor común.
Reiteró que no los propietarios no cerrarán sus establecimientos hasta que el gobierno municipal, estatal o de la Federación de la orden contundente de bajar las cortinas.
Los productos del mar, insistió, son perecederos, necesitan de un constante movimiento para no causar más estragos negativos a la economía de este sector privado que pase lo que pase "sobrevivirá".