Sin la presencia de su líder Francisco Federico López, ambulantes de Fuerza 2000 nuevamente marcharon por las calles del Centro Histórico para pedir a la autoridad municipal oportunidad de trabajo en las calles, cese la supuesta persecución en su contra, pero no presentaron pruebas y reforzar la seguridad. 

En esta ocasión los informales salieron a protestar con algunos menores de edad mientras coreaban el nombre de su dirigente, quien según ellos no es ningún delincuente ni traficante. 

Pero sí afirman que el líder de la 11 de Marzo de Martín Juárez exige cuotas diarias para instalarse, además de proteger a narcomendistas y a rateros. 

La ambulante Silvia Rodríguez Muñoz adherida a Fuerza 2000, nuevamente pidió una oportunidad a las autoridades del estado para que el líder Federico López tenga la oportunidad de de dar a conocer los problemas que enfrenta desde el lunes dos de noviembre fecha porque teme por su integridad y la de familias de su organización.

Rodríguez Muñoz dijo que quiere el apoyo del gobierno porque Martín Juárez amenazó de muerte y las autoridades estatales están informadas. 

Lamentó que el gobierno no los entiende porque lo único que quieren es trabajar. 

"Pedimos al gobierno que nos apoye en cuestión de seguridad porque me quieren matar”, dijo. 

Pero además recomendó a las autoridades estatales y municipales negociar con Federico López para que los ambulantes puedan trabajar en la zona sin problemas

Además pidió igualdad entre asociaciones porque algunas gozan de privilegios, pero no presentó pruebas. 

“Lo que queremos también es que no haya represión al señor Federico López Flores porque pagó su condena ante la sociedad y no se puede que lo acusen dos veces por el mismo delito; yo creo que sí negociará el gobierno con Federico sería otra cuestión porque lo único que queremos es trabajar ya que hemos obedecido al gobierno”. 

Rodríguez Muñoz recordó que la semana previa la administración municipal los atendió y aceptaron cooperar para no instalarse durante la temporada de El Buen Fin para demostrar que tienen voluntad para hacer valer el orden.