Ante el regreso a clases para el ciclo escolar 2021-2022, a través del modelo educativo híbrido en el estado de Puebla, papelerías del Centro Histórico registran un repunte en sus ventas de 40 por ciento. 

Este lunes retornará una matrícula mínima porque en los salones de las 10 mil 200 escuelas públicas y privadas, localizadas en diferentes puntos del territorio municipal, los alumnos deberán contar un espacio amplio, privilegiando la sana distancia. 

Pero el clima de nerviosismo por la incertidumbre, se  refleja en los comentarios en corto de los paterfamilias que esperan que sus hijos nunca se infecten de Covid-19, para evitar la cadena de casos al interior de las familias. 

Este regreso a clases voluntario ha obligado a los papás a comprar los kits sanitizantes o de higiene que usarán constantemente sus hijos en las escuelas. 

La inversión oscila en poco más de mil pesos, por el costo de 400 pesos mínimos para adquirir zapatos; la lista de útiles con libretas, plumas y libros, alcanza los 300 pesos; pero el kit  sanitizante de cubrebocas por pieza unitaria de tres capas cuenta 30 pesos, el gel el litro vale 70 pesos; las caretas van de 60 a 15 pesos; desinfectante el litro cuesta 80 pesos y alcohol de buena calidad supera los 80 pesos. 

En este nuevo ciclo, 2021-2022, según las autoridades, regresarán más de un millón 700 mil alumnos a las aulas. Pero la Asociación Estatal advierte que únicamente regresará un 55 por ciento de la matrícula. 

Pero los gastos para los padres de familias de escuelas privadas se eleva hasta tres veces, porque deben comprar cajas de pañuelos desechables, papel de baño y hasta la inscripción acompañada por el primer mes de colegiatura. 

En algunas papelerías del corazón de Puebla venden gel y caretas, pero la ambulantes tienen todos esos productos a menor costo con calidad mínima, aunque aseguran que todos su productos de limpieza para evitar contagios son originales. 

La competencia desleal de los informales afecta a negocios de higiene anticovid que han surgido por la pandemia, pero por miedo a ser atacados evitan hablar en video.