El Domingo de Ramos debe ser el comienzo de un camino fraternal en donde se debe tender la mano al que ya no puede más, al que está cansado de luchar, al desesperanzado, al olvidado y al pobre, advirtió el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis poblana, Tomás López Durán.

Acompañado por su par Francisco Javier Martínez Castillo y de cientos de cristianos, encabezó la celebración del Domingo de Ramos, con la petición de realizar una reflexión profunda durante esta Semana Santa para dar la mejor versión de cada uno en la comunidad, con el objetivo de mejorar el tejido social.

Recordó que fue Simón de Cirine, un pobre y humilde campesino, quien ayudó a Jesús a cargar la cruz en esos momentos críticos en donde Jesús ya no tenía fuerzas para cargar la pesada cruz de madera, arropada de los pecados toda la humanidad. 

Desde la joya arquitectónica de la Angelópolis insistió que las y los poblanos en compañía de todos los habitantes del territorio nacional, se deben transformar en el Cirineo para ayudar los unos a los otros, sin ningún tipo de interés material, sino desde la perspectiva fraterna y humana.

Priorizó que el papa Francisco, desde Roma, durante la celebración del Domingo de Ramos, precisó que la pasión de Jesús se convierte en compasión cuándo tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos fraternamente al caído, cuando abrazamos al desconsolado, al olvidado y al pobre.

Además pidió que durante esta Semana Santa decidir cómo llevar la Cruz de Jesús, nunca el cuello, pero sí en la intimidad del corazón para evitar la frivolidad, la apatía, la deshumanización y esa mala actitud de aprovecharse de los demás, sobre todo de los necesitados.

López Durán acentuó quién que ante la atroz injusticia del mal, llevar la cruz de Jesús nunca en vano, pero, sí la manera más concreta de compartir su amor salvador por los demás para no aprovecharse de los demás.