Después de ver el segundo debate, me parece que hay 5 formas de analizar el encuentro de ayer entre las dos candidatas presidenciales y el candidato.
Empecemos.
La ganadora en la parte argumentativa, sin duda es Xóchitl Gálvez.
A diferencia de lo que vimos en el primer encuentro, anoche la candidata opositora se mostró muy bien entrenada. Fue clara, incisiva, contundente y natural. Arrinconó a Claudia Sheinbaum y la llevó al extremo para que se mostrara: irritada, indefensa y desorbitada.
Un segundo ángulo es el del posdebate, tan o más relevante que el propio encuentro. En este debate Xóchitl Gálvez terminó imponiéndose en ambas arenas, la de los medios y la de las redes sociales. Fue exactamente contrario a lo que sucedió en el primer encuentro presidencial, cuando Claudia Sheinbaum arrasó.
El tercero es el del impacto en las tendencias electorales. Aquí será muy difícil de medir por lo manoseadas que están las encuestas nacionales, sin embargo, está claro que difícilmente impactará en los niveles que el frente opositor quisiera.
Hasta el momento, los números parecen jugar a favor de la 4T y aunque lo de ayer le dará nuevos alicientes a los opositores a AMLO y renovará las energías en el Frente, no parece que vaya a ser determinante para cruzar las tendencias electorales.
En una cuarta mirada, la que se realizó desde el palco de Palacio Nacional, ayer Claudia Sheinbaum le demostró a López Obrador que la lealtad está intacta y que en caso de ganar, el todavía presidente podrá dormir tranquilo una vez concluida su administración, desde su lejana alcoba en la meritita Chingada.
Sheinbaum evadió las ocasiones en las cuales Xóchitl Gálvez le cuestionó si solicitaría que se inicie una investigación por las denuncias, por presunta corrupción y tráfico de influencias, contra los hijos de AMLO.
La última visión y quizá la más importante, es que el debate nos dejó ver que —más allá de las encuestas oficialistas y opositoras— si aumenta el fervor ciudadano a grados de una fiebre electoral, el día de campo que se avizoraba, pudiera convertirse en un campo de batalla, ese 2 de junio.
Por ahora, el ánimo opositor creció y aún falta un encuentro entre candidatos.
¿Será el último debate el detonante de una rebelión opositora?
Veremos y diremos.
Eloxochitlán, foco rojo
En este fin de semana violento, San Miguel Eloxochitlán, el municipio más pobre de Puebla, sumó un hecho sangriento: dos militantes de Morena fueron acuchillados por presuntos simpatizantes del petista y actual presidente municipal, Delfino Hernández Hernández.
Ya la semana pasada, en Puebla capital habían denunciado el cacicazgo de la familia Hernández.
¿Cuántos cacicazgos más se estarán formando en el interior del estado?